El intendente Miguel Lifschitz volvió a hacer hincapié en la obra pública como eje de su
gestión, dijo que la ciudad debiera tener mayor presupuesto y reveló que no lo desvela ser
gobernador, contradiciendo de alguna manera lo expresado hace unos días a La Capital.
Tras una reseña sobre las complicaciones que desde hace un tiempo aquejan a la sociedad (léase
conflicto del campo el año pasado y gripe en este), en declaraciones a un programa de un canal de
cable local esta mañana, el mandamás rosarino se sinceró: "Los sueños por más ambiciosos que sean
se ven acotados por la realidad. No hay que perder la dirección, es fundamental seguir con los
proyectos de largo y mediano plazo, que se van a demorar un poco pero volverán apenas recuperemos
la dinámica económica. Si podemos encarar este segundo semestre más tranquilos será mucho mejor",
dijo.
Luego detalló el estado de diversas obras de la ciudad, y resaltó el plan de desagües
cloacales: "El tema es hacer una cobertura total de desagües cloacales en la ciudad. Estamos
trabajando para que en 8 años toda la ciudad tenga cloacas. Debemos ir a un sistema mixto, donde
una parte la paguen los frentistas y otra parte venga de otras contribuciones. Creo que este debe
ser el gran plan de la ciudad para los próximos años, para contar con un servicio básico accesible
a todos los ciudadanos", disparó.
También habló del efecto dinamizador del casino, que se inaugura "a fines de septiembre o
principios de octubre y que tendrá un gran impacto, no sólo por el casino en sí sino por los otros
emprendimientos para toda la zona", sostuvo.
Respecto del problema habitacional en la ciudad, Lifschitz rescató que "hay 20 o 25 mil familias
en condiciones muy precarias, otros tantos que quizás no están tan precarias pero que sufren la
falta de viviendas, que viven con sus padres o en pensiones. Ya hemos hecho gestiones y tenemos el
plan Rosario Hábitat, que es muy exitoso, pero no manejamos el tema nacional, nos dicen que sí pero
siempre falta algo. Hace un año que estamos esperando el primer anticipo para que comiencen las
obras del Plan Federal, de 1.500 viviendas", dijo.
También tuvo tiempo para hablar del partido que la selección jugará en Rosario ante Brasil, por
eliminatorias, y de la chance de albergar la Copa América. "Todos podemos colaborar para que la
ciudad sea una fiesta ese día, y que sea bueno el resultado ante Brasil. En cuanto a la Copa
América no es difícil, pero los dos estadios tienen que hacer reformas para tener 40 mil
espectadores que es lo que pide la Fifa", reveló el intendente.
"Estamos trabajando en la organización de una cantidad de actividades para el año que viene. Un
año simbólico por el bicentenario y también clave para Rosario para avanzar con muchos proyectos de
inversión privada y pública que están en ejecución y que esperamos que tengan su desarrollo el año
próximo", reseñó el mandamás rosarino.
Respecto de los fondos necesarios para hacer frente a los emprendimientos, Lifschitz señaló que
"el presupuesto de la Municipalidad es de 1.100 millones y debiera ser de 1.500 para poder
desarrollar obras públicas sin depender de la provincia o la Nación".
Por último y al calificar de extrañas las vísperas de las eleccciones por cuestiones de la veda
electoral que rige tras la suspensión, dijo que "son extrañas pero eso es una anécdota. Son las
reglas del juego y hay que respetarlas. Además, perjudica a todos por igual. Creo que la gente
aprendió a votar en estos años, y no se equivoca".
Y como corolario, y sobre sus apetencias personales, sentenció: "No me desvela ser gobernador,
no es un tema que esté dentro de mi preocupación hoy. Me parece que no es un tiempo de candidaturas
de nada, más cuando recién termina las elecciones nacionales. La gente nos pide que nos ocupemos de
otros temas más urgentes. Seguramente de acá a un año y medio será una cuestión de debate dentro
del Frente Progresista y ahí se verá".