Con cautela y en algunos casos con el camión remolcador, la operatividad del aeropuerto rosarino sigue atravesando una etapa de transición. Ayer por la tarde un avión de Aerolíneas tomó la calle de rodaje habilitada en forma autopropulsada, pero volvió a solicitar el auxilio del "push back" para estacionar en la plataforma. Una decisión de algunos voceros consultados LaCapital le adjudican a las precauciones que se deben tomar con la infraestructura en reparaciones cuando las turbinas están encendidas. Desde la terminal aérea local indicaron que estas maniobras se producen sólo en el sector de la plataforma y en los casos que se justifique por el sitio de estacionamiento de las aeronaves.
La llegada de al menos un vuelo en la tarde del domingo, que debió ser remolcado desde la calle de rodaje hasta el fin del recorrido en la plataforma llamó realmente la atención. Tanto para las personas que habían llegado al aeropuerto Islas Malvinas como para los pasajeros.
Un ejemplo fue el que un lector de LaCapital reprodujo en un mensaje. "El domingo llegué en el vuelo 1.842 procedente de Córdoba destino El Calafate y fue remolcado", se encargó de narrar un hombre.
La escena volvió a repetirse en la tarde de ayer cuando aterrizó un avión de Aerolíneas Argentinas que al carretear por la calle de rodaje se detuvo a la espera del remolcador.
Sin embargo, otra aeronave de Austral llegó por sus propios medios al lugar de estacionamiento. ¿Hay dificultades operativas? Las inquietudes fueron respondidas por la vocera de la terminal aérea, Cecilia Gabenera Boero: "Todo depende del lugar donde se estacione la aeronave, y sólo es para el sector plataforma de acuerdo a la posición que se les asigna. En función de ello, se usa o no el push back. Pero esta maniobra no demora más que cinco minutos. Y como se está arreglando la otra calle de rodaje, en algunas posiciones se requiere este tipo de asistencia".
Para algunos pilotos civiles, la lectura de estas maniobras tuvo otros condimentos. "En medio de las reparaciones, seguramente se toman precauciones con las turbinas ante la posibilidad que existan materiales sueltos", indicó un aeronavegador local.
Para los casos de los acarreos desde la posición de ascenso de los pasajeros hacia la pista de despegue, el push back o camión remolcador ejerce las veces de reversa para todas las aeronaves hasta que en forma autopropulsada transitan por la calle de rodaje hasta la pista principal.
Bravo, habilitada.
La Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) había habilitado el sábado pasado la calle de rodaje Bravo para la circulación de las aeronaves en tierra. Justo allí, donde habían comenzado las obras de reparación que fueron encaradas para evitar la clausura de la pista.
Las tareas sobre Bravo se habían iniciado el miércoles pasado y culminaron el viernes. En tanto, la calle de rodaje Alfa está clausurada por tareas de reparación. Allí, la contratista Obring está colocando un tratamiento bituminoso reforzado.
En total serán 380 metros lineales donde se sellarán las grietas y repararán fisuras en las dos calles de acceso a la pista principal que se encuentra en óptimas condiciones.
Según indicó Franco Gagliardo (el titular de Obring), ayer a este diario, el contrato de reparación de fisuras culminará entre hoy y mañana. "En paralelo se están haciendo unos relevamientos y quizás soliciten tareas complementarios, de cara a un proyecto más integral", dijo el empresario.
Hasta marzo
Según se informó, las tareas de mantenimiento de las instalaciones continuarán hasta marzo, pero sin afectar la operatividad de la terminal aérea. Los problemas de infraestructura, fisuras y filtraciones vienen desde hace meses, pero se agudizaron la semana pasada cuando el vehículo remolcador se averió provocando quejas de los pasajeros, demoras y desvíos en los vuelos.
Incluso desde la Anac ventilaron que dos semanas atrás una aeronave había tenido también dificultades para poder despegar al adherirse asfalto a su tren de aterrizaje. Por fortuna, la falla fue advertida y solucionada.
Con las obras en marcha, ahora el consejo que administra el aeropuerto deberán analizar y determinar con precisión qué y quiénes fallaron tras la reparación de estas calles de rodaje hace meses atrás.
La licitación había caído en manos de la firma local Milisenda por dos millones y medio de pesos y a la luz de los desperfectos, se abrió una auditoría de carácter técnico y legal para determinar si este rápido deterioro está relacionado con defectos en la realización de los trabajos anteriores. A su vez, se instruyó un sumario interno para saber si la obra fue bien fiscalizada.
en acción. Los trabajos de reacondicionamiento continúan.