Tanto en el Palacio de los Leones como en el Concejo, el oficialismo advirtió ayer a los bloques
de la oposición que si no se aprueba antes de fin de año el pedido de capitalización y modificación
de la participación societaria de La Mixta, corre riesgo la continuidad de la concesionaria de
ómnibus en manos del municipio y privadas.
En rigor, la apurada a los ediles disidentes por haber abandonado el jueves pasado sus bancas,
luego de que el oficialismo rechazara el pedido de retorno del expediente a comisión para
profundizar sobre el estado de los números de La Mixta, reveló un diagnóstico de la empresa de
transporte de pasajeros más crítico que el ya difundido.
Al evaluar lo ocurrido durante la última sesión del período ordinario del Palacio Vasallo, el
secretario de Servicios Públicos municipal, Gustavo Leone, reconoció ante La Capital que, de no
avanzar la capitalización de la compañía antes de que concluya 2009, “peligraría el pago de
salarios a los choferes”.
El proyecto determina la modificación accionaria de la empresa que administra nueve líneas,
permitiendo al municipio ser socio mayoritario (actualmente tiene el 40 por ciento) y una
capitalización en 11.500.000 pesos. Por eso el oficialismo volverá a la carga en la sesión del
jueves próximo o en las dos de prórroga previstas.
También el presidente del Concejo, Miguel Zamarini, salió a defender la iniciativa impulsada por
la gestión de Miguel Lifschitz para tratar de revertir la crisis en el servicio urbano.
“Si no se capitaliza, La Mixta deja de funcionar”, dijo el hombre que en menos de
una semana iría por su segunda reelección al frente del cuerpo, y que había recibido reproches
nacidos en el propio socialismo por una supuesta toma de distancia de la problemática.
Por lo bajo, y con bronca, desde Buenos Aires 711 ironizaron acerca del rol de los ediles
opositores: “Fue una chicana para joder. Además, garantizaron el pago de sus sueldos antes de
las vacaciones, pero no los de los choferes”.
La alusión pretendió contrastar el posicionamiento de las bancadas disidentes frente a la
capitalización de La Mixta con la aprobación sin trabas de la ampliación presupuestaria, por unos
89 millones de pesos, que permitirá al municipio saldar las obligaciones salariales de fin de
año.
Sobre el riesgo en puerta, en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de Rosario indicaron que
“ninguna empresa de transporte muestra los números” y que, hasta el momento, la firma
que comparten privados y el municipio viene cumpliendo con sus empleados.
Más allá de despejarle el camino al oficialismo para retener la presidencia del Concejo, la
postergación del debate de la cesión de facultades a Lifschitz para que defina, en el lapso de un
año, aumentos de las tarifas del transporte no ejerció el efecto pacificador esperado al cierre de
una semana cargada de tensión.