La gerenta técnica de la empresa Litoral Gas, Viviana Leegstra, pidió hacer uso de la palabra para contrarrestar algunas afirmaciones de los alegatos de los abogados. Leegstra está imputada por no ejercer el debido control y vigilancia sobre los trabajadores que inspeccionaron el edificio de Salta 2141 días antes del siniestro, y de la cuadrilla que cortó el gas después de la explosión. Sin embargo, ayer afirmó que el servicio estaba correctamente habilitado, que la válvula de bloqueo de gas no estaba rota el día del cambio del regulador y que el corte del flujo de gas se hizo de la forma más rápida posible. En su argumento, el origen de la tragedia “fue la manifiesta negligencia de un gasista que actuó a espaldas de Litoral Gas”.
Como acusada, Leegstra hizo uso de su derecho a exponer en el juicio sin contestar preguntas. Señaló que quiso exponer ante el tribunal porque en los alegatos se afirmaron “cosas que no son ciertas o no están acreditadas en el expediente”.
Así describió pormenorizadamente cómo funciona el sistema de distribución de gas y cuáles son las responsabilidades de la prestadora del servicio, del consorcio y de cada uno de los propietarios ante una falla. Sostuvo que las instalaciones que corresponden a la distribuidora “son las que están fuera del edificio”.
También indicó que la conexión de gas estaba correctamente habilitada y que la ubicación del gabinete no contradecía la normativa. También afirmó que la válvula de bloqueo, que permite cerrar el servicio, estaba operable. Según indicó, durante las pericias se acreditó que “la válvula funcionó aún después del siniestro”.
Sin reclamos
La gerenta técnica defendió la actuación de los inspectores de la empresa y del profesional que tuvo una intervención en el gabinete once días antes de la tragedia. Indicó que el trabajo del gasista José Luis Allala “estuvo bien realizado” y que después de su intervención, ya no había más fugas; razón por la cual, sostuvo, “entre el 24 de junio y el 6 de agosto la empresa no recibió ningún reclamo de propietarios del edificio por pérdidas de gas”.
Leegstra señaló que la explosión se debió a una “manifiesta negligencia” del gasista Carlos García y aseguró que ese profesional no comunicó a Litoral Gas el trabajo que iba a realizar.
Lo que sucedió después es por todos conocido. El día de la explosión, sostuvo, estuvo presente en el lugar. “Parecía una escena propia de guerra, un caos” dijo, y defendió el trabajo de la cuadrilla encargada de cortar el suministro de gas. “Hicimos nuestro trabajo lo más rápido posible”, explicó.
Leegstra fue imputada de “estrago culposo por no ejercer el debido control y vigilancia” sobre las funciones delegadas a los inspectores Gerardo Bolaño, Luis Curaba y Guillermo Oller. Los tres están acusados también por acciones negligentes durante las inspecciones que realizaron en el edificio entre el 25 y 26 de julio, cuando primero se cortó el gas para que se reparara una fuga y luego se lo reconectó pero, según entiende la fiscalía, sin que existieran las condiciones de seguridad exigidas en la normativa.