"Pasa el tiempo y no pasa nada". La superpoblación de la Escuela Secundaria N° 518 Carlos Fuentealba está lejos de ser un problema nuevo. Así lo vienen manifestando directivos, profesores, padres y alumnos antes de la pandemia de Covid-19. Volvieron a hacerlo durante los momentos de aislamiento y distanciamiento, cuando la falta de conectividad fue otro de los problemas sin resolver, y ahora que el Ministerio de Educación de la provincia exige la presencialidad plena de sus más de 300 estudiantes, salen una vez más a la calle. "Tenemos que hacer un trabajo arquitectónico y minucioso para lograr que estén todos los chicos", explican las autoridades en el marco de la convocatoria para este jueves al mediodía a realizar un nuevo abrazo al edificio de Roullión al 4.400. La violencia, el narcomenudeo y el trabajo de los profesores para llegar uno a uno a los estudiantes y sostenerlos en la escuela para evitar que sean captados por el delito, como parte también del desafío que enfrentan.
Volver a la escuela y al aula no es tan fácil ni para los chicos ni para los directivos que deben organizar el rompecabezas para que entren todos en un edificio que ya no da a basto. A eso se agrega un contexto social complejo, donde hay alumnos que son padres y madres, alumnos que trabajan y el principal desafío de estos días, la violencia. "Tratar que de que nuestros alumnos no sean capturados por el narcomenudeo", afirman directivos y docentes.
Hubo recorridas y hasta compromisos y así lo cuentan los profesores. "Vienen te dicen que se va a hacer, pero no arranca. Hablaron de instalar escuelas móviles, pero cuando vinieron al barrio se dieron cuenta que acá no se pueden poner esas aulas y dieron marcha atrás y mientras tanto, nada", cuentan.
El rompecabezas al que se enfrentan con la presencialidad es el de tener cursos de primero a quinto año que llega a tener, como es el caso de 3° B, 56 alumnos. "Son siete cursos (tres primeros, dos segundos, un tercero y un cuarto año), pero hay cinco aulas con una capacidad máxima de acuerdo al protocolo de 20 personas cada una", detallan y todo eso, con un solo preceptor.
Lo que necesitan
La urgencia y lo vienen planteando desde hace año son nuevas aulas, una necesidad que viene in crescendo a medida que también crece la matrícula.
"Tenemos que pensar en por lo menos dos salones para este año, pero un curso más para el año que viene para el 5° año de la mañana", afirman casi como una urgencia, pero también ya miran el ciclo 2022. "Si lo pensás, también se necesita un aula para un tercero más en el turno mañana porque actualmente tenemos dos comisiones de segundo año que en la suma total te dan 90 alumnos", se adelantan los directivos.
Con ese escenario, la presencialidad plena es de "el día a día" a través de grupos de WhatsApp, donde las docentes les mandan mensajes a cada uno de los alumnos recordándoles la importancia de su presencia en las aulas, un trabajo artesanal para sostenerlos en la escuela y que a las 11 se inicia con los estudiantes que deben ingresar en el turno tarde.
"Los profes están trabajando en la presencialidad, pero así y todo no abandonan los grupos de redes sociales para poder seguir sosteniendo el contacto con los alumnos", señalan.
Urgencias de toda una zona
El titular de Amsafé Rosario, Gustavo Terés, afirma que el crecimiento poblacional de la zona en los últimos tiempos viene planteando urgencias y una superpoblación de las escuelas que "excede la del secundario y que llevan décadas sin ser atendidas por ninguna de las gestiones del Ministerio de Educación".
El dirigente no solo señala las necesidades de un secundario "superpoblado y desbordado", sino además afirma que "por lo menos en esa zona es prioritaria la construcción de un escuela primaria más y de un jardín de infantes".
De hecho, la escuela primaria comparte el edificio con el jardín, donde ya hay existen una decena de divisiones de salas de 4 y 5 años. "Con esa situación tenés que hacer un jardín y no seguir sumando divisiones que hacen que sea muy difícil compartir el edificio", agregó Terés.
Para el dirigente son "décadas de desidia" que incluso excenden al barrio. No muy lejos de allí, otra secundaria, la Escuela N° 514 Madres de Plaza de Mayo atraviesa un proceso similar con condiciones edilicias que los padres de los alumnos afirman son "calamitosas entre los cortes de luz y los problemas con los desagües pluviocloacales ", detalló Fabiana Cohen, mamá de una alumna.