El dictamen del proyecto de ley que prevé la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo fue pasado a la firma esta tarde tras finalizar el último plenario de comisiones del Senado, en el que los senadores escucharon a 60 expositores a favor y en contra de la propuesta del Poder Ejecutivo.
Tras cuatro días de debate, esta tarde un un plenario de tres comisiones, Banca de la Mujer, Justicia y Asuntos Penales y Salud, emitió el dictamen favorable para que sea tratada en el recinto.
La presidenta de la Banca de la Mujer, Norma Durango, que conduce el plenario de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de Salud, agradeció "el debate serio, responsable y respetuoso" que se dio en el Senado pese "a las diferencias" y anunció que el tema sería llevado al recinto el 29 de diciembre.
El proyecto fue girado al Senado luego de la sanción que obtuvo en la Cámara de Diputados, donde fue aprobado por 131 votos a favor, 117 en contra y seis abstenciones: un margen más amplio que el que obtuvo cuando fue aprobado en 2018.
La propuesta de legalización del aborto había sido rechazada en el Senado en 2018 cuando no llegó ni siquiera a tener las adhesiones necesarias para la emisión del dictamen de mayoría, por lo que el paso dado hoy en comisiones en favor del pase a la firma fue considerado un dato positivo por los senadores del sector “verde” que buscan respaldar la sanción dada por la Cámara de Diputados.
Senadores del sector “celeste” que se oponen a la iniciativa lamentaron, en cambio, el tratamiento de la iniciativa por considerar que “había temas más importantes para debatir como la pobreza y la pandemia de coronavirus” y por entender que la propuesta “promueve” la realización de abortos en desmedro de la educación sexual para la prevención de los embarazos no deseados.
El presidente de la comisión de Justicia, el senador del Frente de Todos Oscar Parrilli, declaró que “no se trata de tener consenso en todo y de que no haya diferencias” ya que “la democracia significa que se resuelvan esas diferencias a través del voto”.
Su par de Salud, el radical Mario Fiad, opinó que “más allá del tratamiento en sí queda claro que no se agotó el debate” sobre el tema “en ningún rincón del país” porque se trata “del derecho humano primario y fundamental” y consideró que se empezó “por el final” porque antes que el aborto debía discutirse cómo terminar con la pobreza.
Como en las audiencias anteriores, durante la jornada de hoy hubo tensión entre senadores del oficialismo que por primera vez aparecen enfrentados en el tratamiento de una iniciativa del Poder Ejecutivo.
El jefe de los senadores del Frente de Todos, José Mayans, volvió a reprocharle a su compañera de bancada, Durango, cierta “imparcialidad” a la hora de dar espacio para las exposiciones de quienes abogan por aprobar la norma, algo que la legisladora pampeana rechazó y calificó de “injusto”.
En la previa de la emisión del dictamen, y cuando aún hay senadores que no hicieron público su voto de cara a la sesión del 29, el senador de Cambiemos Juan Carlos Marino -que figuraba entre quienes podían revertir su posición respecto a 2018- ratificó que votará en contra.
Fuentes parlamentarias dijeron que, a diferencia de hace dos años, cuando la norma fracasó en la votación en la Cámara alta, este año la relación entre quienes están a favor y quienes están en contra sería más pareja.
Aunque admitió que aún hay indefinidos, la senadora del oficialismo Nancy González dijo esta mañana estar convencida de que “esta vez” el proyecto “será ley” para evitar las muertes de mujeres por abortos clandestinos en Argentina.
El senador del Juntos Somos Río Negro, Alberto Weretilnek, adelantó su respaldo pero en disidencia ya que se manifestó en desacuerdo con artículos vinculados a la objeción de conciencia y a los plazos para someterse a la práctica.