Las vacaciones no dan tregua y a tan solo semanas del comienzo de clases, ladrones destrozaron y robaron en la escuela Escuela Nº 6.379 Domingo Silva, de Uriburu al 7500.
Las vacaciones no dan tregua y a tan solo semanas del comienzo de clases, ladrones destrozaron y robaron en la escuela Escuela Nº 6.379 Domingo Silva, de Uriburu al 7500.
Bronca e impotencia sintió el portero esta mañana cuando al llegar a la institución de Bajo Hondo se encontró con puertas y ventanas rotas. Al entrar, confirmó que el establecimiento ubicado en la zona rural había sido nuevamente blanco de un robo.
Ubicada en el extremo sudoeste de la ciudad, el año pasado la escuelita sumó 10 robos en menos de seis meses.
"Entraron rompiendo las puertas, rompieron vidrios de los salones y se llevaron sillas", contó angustiado a La Capital Fernando Mut, docente de la escuela a la que asisten en su mayoría hijos de quinteros de la zona. Irrumpieron también en las oficinas y robaron las computadoras donde cargan los datos administrativos de los docentes, el equipo de servicio de wi-fi y también netbooks del plan Conectar Igualdad. No contentos con ello, los ladrones también entraron por la fuerza a la cocina y se llevaron las ollas que usan para dar de comer a diario a los poco más de 150 alumnos que tiene la institución, desde nivel inicial hasta el secundario.
"Se ve que trabajaron con total tranquilidad, porque sonó la alarma y nos dicen que vino la policía, pero como no vio movimiento no entraron y se fueron", agregó el profesor.
Proyecto escolar. Pero pese a los escasos recursos y el casi aislamiento en el que enseñan —no hay líneas de colectivo que pasen por la escuela— los docentes y directivos llevan adelante un destacable proyecto pedagógico y sociocultural, con la edición de libros, talleres de música, cine y poesía. A ello se le suma " Radiochanguitos", una propuesta de radio dirigida por el propio Fernando Mut de la que participan los alumnos de la escuela.
Sin embargo, la Domingo Silva sufre a menudo robos y vandalismo y el docente ya no lleva la cuenta de la cantidad de veces que al llegar se encuentra con una noticia de este tipo. "Esto es tierra de nadie, por eso el que roba ya fichó que se puede meter porque acá a la noche no va nadie, por eso hace años que le pedimos al Ministerio tener un casero", se quejó Mut. El reclamo no es nuevo, pero hasta ahora no han tenido respuestas favorables.
Hoy se reunieron los docentes de la escuela y la semana que viene pretenden convocar a los padres de los alumnos para evaluar los pasos a seguir, porque "en estas condiciones no se pueden dar clases y no se puede cocinar porque ni siquiera hay una olla para hacerlo".
"Más allá de la solidaridad de la gente, lo que necesitamos es que el Ministerio haga algo para poder reponer lo que se robaron", agregó el docente, quien señaló además que pese a la innumerable cantidad de hechos similares, desde la Regional VI durante estos años nunca se acercaron a la escuela.