A medida que se acercaba la hora del debut de la selección argentina ante Nigeria, las calles de Rosario se fueron despoblando de vehículos y de gente y la tensión se tyrasladó a la intimidad de los hogares y las mesas de los bares.
A medida que se acercaba la hora del debut de la selección argentina ante Nigeria, las calles de Rosario se fueron despoblando de vehículos y de gente y la tensión se tyrasladó a la intimidad de los hogares y las mesas de los bares.
En las peatonales Córdoba y San Martín, que los sábados a la mañana suelen estar atestadas de rosarinos, de a poco la cantidad de gente se fue raleando y lo mismo ocurrió en las galerías céntricas, en los shoppings y en otros lugares habitualmente muy concurridos.
En muchos bares, en tanto, ya no hay lugares y en los barrios también se nota una disminución de movimiento. En los más alejados incluso hay comercios cerrados y la poca gente que queda en la calle apura el paso para llegar a su casa a ver el partido.