La CGT va mañana por el cuarto paro en la era Macri, con adhesión de las CTA
"Será contundente. La gente no da más", dijo el triunviro Acuña. Afectará transporte, bancos, clases, administración pública y otros servicios.

Lunes 24 de Septiembre de 2018

La CGT realizará mañana su cuarto paro general (24 horas) durante la gestión de Mauricio Macri en repudio a la situación económica y social que atraviesa el país, en medio de divisiones entre los sectores dialoguistas y los combativos, y que contará con la adhesión de las tres CTA, que arrancarán hoy con su protesta. Sendas convocatorias se proyectan en Rosario con fuerza y contundencia.

Al respecto, Carlos Acuña, triunviro de la CGT, aseguró ayer que "el paro será contundente porque la gente no da más". Y agregó: "El mensaje al gobierno es que escuche la voz del pueblo".

Si bien existen coincidencias entre todas las vertientes del sindicalismo en el rechazo a la gestión del gobierno nacional, en el marco de la recesión que vive la Argentina, las diferencias salen a la luz a la hora de definir el nivel de confrontación con la Casa Rosada.

Casi como la interna que atraviesa al peronismo, el gremialismo también se divide entre opositores dialoguistas y duros, donde los primeros buscan seguir manteniendo canales de comunicación con el gobierno y los segundos apuestan a una escalada en el conflicto con el oficialismo mediante más protestas y huelgas.

En el bando de los moderados se ubican el triunvirato de la CGT (Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña) y los referentes de los grandes gremios, conocidos como los gordos (Armando Cavalieri, de Comercio, y Rodolfo Daer, de Alimentación) y los independientes (Gerardo Martínez, de Uocra; Andrés Rodríguez, de UPCN, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias).

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También siguen una posición similar el grupo de gremios del Masa (entre ellos Omar Viviani, de Peones de Taxis, y Sergio Sasia, de la Unión Ferroviaria) y los dirigentes que tomaron distancia de Hugo Moyano, como Julio Piumato (Judiciales), Jorge Sola (Seguros) y Abel Frutos (Panaderos).

En la vereda de enfrente se encuentran, con una posición más confrontativa hacia el macrismo, Hugo y Pablo Moyano (Camioneros), secundados por el bancario Sergio Palazzo y el titular del Smata, Ricardo Pignanelli. Los acompañan Pablo Biró (Pilotos), Ricardo Cirielli (Técnicos Aeronáuticos), Omar Plaini (Canillitas), Miguel Díaz (Udocba), Leandro Fabre (Apops) y Horacio Valdez (Vidrio).

Fuera de la CGT, mantienen también una posición dura los referentes de las tres CTA (Hugo Yasky, Pablo Micheli y Ricardo Peidro), al igual que los secretarios generales de los gremios que las integran, entre ellos Roberto Baradel (Suteba), Hugo Cachorro Godoy (ATE) y Roberto Pianelli (Metrodelegados).

Los pronunciamientos tanto de los moderados como de los combativos coinciden en el diagnóstico de rechazo a las políticas del gobierno, haciendo foco en la pérdida del poder adquisitivo, en la alta inflación y en el ajuste que ensaya Balcarce 50 para asegurarse el financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Frente a eso, los moderados evitan profundizar el enfrentamiento y lo minimizan hablando de "matices" a la hora de calificar las diferencias.

Ese sector dialoguista ya explora la posibilidad de reunirse con representantes del gobierno tras el paro de mañana, luego del encuentro que se canceló la semana pasada con el ministro de Producción nacional, Dante Sica.

En cambio, los combativos ya anunciaron una nueva protesta para después de la huelga: marcharán a la Basílica de Luján el 20 de octubre próximo para pedir a la Virgen María "por los chicos que tienen hambre, por el trabajo y por los ancianos".

Otro punto de desencuentro entre ambos sectores es la cercanía política que los más confrontativos mantienen con Cristina Kirchner (Moyano se reconcilió hace poco con la ex presidenta), cuestión que no es bien vista por los moderados, que prefieren avanzar en una renovación que enfrente al macrismo.

Impacto en la ciudad

La adhesión de los choferes de ómnibus agrupados en la UTA es clave para garantizar la masividad de la huelga, que se proyecta en Rosario con fuerza y contundencia. En la ciudad se resentirán casi todos los servicios y, para darle visibilidad callejera, habrá dos actos con movilizaciones.

En ese sentido, hoy se movilizarán los gremios de la CTA Autónoma y movimientos sociales, que confluirán en una concentración en la plaza San Martín. Y mañana no se descartan piquetes en los accesos de Rosario.

No habrá actividad en los bancos, tampoco en las escuelas (las públicas paran desde hoy al mediodía y las privadas sólo mañana, ver página 3). Tampoco se brindará atención en las dependencias públicas (guardias mínimas en hospitales), al igual que la recolección de residuos domiciliarios y servicios de taxis.

Además del cese de actividades, y pese a que la CGT no movilizará a sus afiliados, el paro promete ser activo en las calles, con actos y manifestaciones promovidas por los gremios más combativos y los movimientos sociales.

Por un lado, los integrantes de Unidad de Acción Sindical (Smata, UOM, Comercio, Municipales y Garagistas, entre otros) movilizarán mañana, a las 10, cada uno desde su gremio para confluir, a las 12, en un acto en Córdoba y Corrientes.

Los integrantes del Movimiento Sindical Rosarino (Luz y Fuerza, Bancarios, Correo, Sadop, entre otros) tendrán su inicio de movilización en la sede de La Bancaria, a las 10, para desde allí marchar por Entre Ríos hasta San Luis, luego tomar San Martín y culminar en el cruce de las peatonales Córdoba y San Martín, donde estará el escenario para el acto central.

Hoy, en tanto, habrá una movilización, desde 10.30, concentrando en la Plaza 25 de Mayo (Buenos Aires y Córdoba) para finalizar con un acto en la plaza San Martín (Dorrego y Córdoba). Convocan los gremios agrupados en la CTA.

El paro general convocado por la CGT será el cuarto desde que Macri asumió como presidente en diciembre de 2015, con lo que su gobierno tendrá, desde mañana, un promedio de una medida de fuerza a nivel nacional en su contra cada poco más de ocho meses.

A 34 meses del inicio de su gestión, el de Macri es, desde el regreso de la democracia (1983), el cuarto gobierno con mayor promedio de paros generales, detrás de Raúl Alfonsín (uno cada cinco meses, trece en total durante su mandato).

Les siguen los mandatos incompletos de Eduardo Duhalde, quien sufrió un paro cada cinco meses (fueron tres huelgas), y la gestión de Fernando de la Rúa, que tuvo un paro cada dos meses (en total le hicieron nueve).

La primera huelga general contra Macri fue el 6 de abril de 2017, duró 24 horas y no incluyó marchas ni movilizaciones. En cualquier caso, tuvo una adhesión parcial ya que no se plegaron a la medida de fuerza peones rurales, trabajadores del caucho y del vidrio, entre otros. Tampoco otras agrupaciones de peso.

El segundo de los paros generales contra Macri llegó el 18 de diciembre de ese año. Convocado por 24 horas, fue en contra de la política económica y del proyecto de ley de reforma previsional, finalmente aprobado por el Congreso nacional, y recordado por el feroz enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas de seguridad en la Plaza del Congreso.

Esa medida tuvo una doble particularidad: fue anunciada por la CGT con apenas una hora y media de antelación y comenzó a las 12, por lo que para garantizar que los trabajadores pudieran volver a sus hogares los gremialistas decidieron que subtes, colectivos y trenes funcionarán hasta la medianoche.

La última de las huelgas generales que realizó la CGT por 24 horas ocurrió el 25 de junio pasado y fue la de mayor convocatoria: adhirieron los cinco gremios con mayor peso de afiliados del país (Comercio, Uocra, UPCN, Gastronómicos y la UOM) y las organizaciones del transporte de pasajeros, un factor decisivo para el éxito de un paro.

También hubo protestas convocadas por distintas agrupaciones gremiales combativas y partidos de izquierda, que realizaron unos 20 cortes de tránsito en todo el país.

El sur, también

Por su parte, el secretario general del Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia, Héctor González, ratificó el acompañamiento al paro y resaltó que "en el movimiento obrero, más allá de las posiciones, habrá una unidad para que cambien las políticas".

"Nadie quiere que Macri se vaya antes, pero ha entregado todo. Hoy gobierna el FMI", señaló el dirigente. El también vocal de la CGT nacional señaló que la situación del país es "preocupante".

Al respecto, puso como ejemplo lo que viene ocurriendo en Chubut: "Trelew es una de las ciudades con más desocupación que está sufriendo el embate de las políticas de la Nación".

"Si no hay trabajo con las políticas que implementan, con lo que hacen están despoblando la Patagonia. Hay pueblos sin energía ni servicios básicos, no hay soluciones", precisó.