"Nosotros estamos con (Hugo) Moyano, pero el gremio en Santa Fe lo manejamos los santafesinos". Con estas palabras, los más encumbrados dirigentes del Sindicatos de Camioneros de la provincia, el segundo en importancia del país dentro del gremio, le marcaron la cancha a la Federación que los nuclea, aunque dejaron la puerta abierta a un diálogo que lime las asperezas que empañaron las relaciones el último año.
Lo hicieron ayer, y la oportunidad, para ellos, no podía ser más propicia. Una asamblea que convocó a 3.400 afiliados decidió por unanimidad el desplazamiento de sus cargos primero, y la expulsión del gremio después, de cuatro miembros de la comisión directiva que acompañó al ex secretario general Marcelo Dainotto, quien finalmente renunciara a su cargo tras ser apartado por "serias irregularidades" en el manejo de los fondos. La misma asamblea aprobó la memoria y balance del último año de gestión, cuya conducción se ve de este modo legitimada y fortalecida.
Así, llega a su fin un año de fuertes enfrentamientos, que incluso se cobraron la vida del joven Nicolás Savani, de 27 años, en las afueras del camping que los camioneros tienen en Pérez. Un año de marchas y contramarchas, acusaciones cruzadas, amenazas de intervención por parte de la federación y de renuncia a la entidad madre por parte del sindicato vernáculo, situaciones que, aseguran los dirigentes hoy, nunca terminaron de concretarse, aunque sí admiten que hubo escaramuzas que tensaron las relaciones casi a ese límite.
Expulsiones. Una caravana interminable de autos y colectivos marchó ayer al camping de los camioneros de Pérez. Bajo un fortísimo operativo de seguridad que incluyó a la policía provincial, a la de Acción Táctica y móviles de la Tropa de Operaciones Especiales, cada uno de los afiliados que ingresó al predio lo hizo previo cacheo.
Adentro, un gran quincho donde podían caber paradas no menos de dos mil personas fue el escenario de la asamblea, encabezada por la comisión directiva y escoltada por funcionarios de los ministerios de Trabajo de la provincia y de la Nación. En medio de un tremendo bullicio y del tronar de los bombos, se inició la asamblea extraordinaria con la revocación de mandato y la posterior expulsión de cuatro dirigentes. En el escenario, cuatro sillas con sus nombres y la consigna "imputado" los esperaban, aunque nunca se sentaron.
Se trata de Juan Carlos Duarte (ahora ex secretario de Actas); Antonio Tolosa (ex vocal titular tercero); Gabriel Bautista Palou (ex vocal titular cuarto) y Juan Mateo Chulich (secretario de Políticas de Transporte) a quienes los presentes sindicaron como el enemigo más fuerte.
A ellos les achacaron, entre otras cosas y según quién, "responsabilidad en hechos en perjuicio del gremio", "sembrar el caos", "desestabilizar" a las conducción; "debilitar la autoridad del gremio" y fomentar "el avance intervencionista" de la Federación.
La expulsión de Chulich fue la más aplaudida y la única en la que se pidió expresamente a los afiliados que levantaran los brazos con el carné en la mano. Y para que se viera bien, solicitaron que se barajan los carteles, como el que decía "100 x 100 lealtad y militancia, el interior siempre presente". A un costado, aferrado a la pared, otro cartel rezaba: "Moyano conducción".
Superávit. Ya en la asamblea ordinaria se leyó la memoria y balance, en la que se recordó que "el Ministerio de Trabajo de la Nación resolvió habilitar a la nueva conducción". Y al hablar de dinero, se subrayó que el gremio obtuvo "un superávit de más de 22 millones de pesos", que tiene "activos por casi 130 millones" y que las deudas "no superan los tres millones".
Y además de afirmar que "el gremio pasó por momentos muy duros el año pasado", el documento afirma que "tenemos hoy una posición financiera sólida".
En diálogo con LaCapital, el secretario general, Roberto Oliveto; el gremial, Rubén López, y el protesorero, Sergio Aladio, hablaron del momento que atraviesa hoy el gremio. "Fue un año difícil, pero cuando hacés una asamblea con 3.400 afiliados que avalan tu trabajo eso te llena de orgullo", dijo López.
Con respecto a las expulsiones, los dirigentes recordaron que se venían recibiendo "quejas y acusaciones hacia estas personas, que hicieron presentaciones al Ministerio de Trabajo de la Nación pero que fueron rechazadas. Quisieron desplazar a la conducción para alentar la intervención federativa", dijeron. Intervención que, aclararon, "nunca se produjo. Hubo intentos, ante los cuales nosotros propusimos desafiliarnos hasta que se regularizara la situación dentro del gremio, pero ninguna de estas cosas se dio". Si esto es así, la información que circuló en su momento desde el mismo gremio fue, al menos, confusa.
Más allá de eso, los dirigentes aseguraron que la intención es "seguir en la Federación. Queremos trabajar en conjunto, pero desde nuestra propia conducción. Estamos con Moyano, pero la provincia de Santa Fe la manejan los santafesinos", fue la frase más contundente.