La tradicional fiesta de 15 se convirtió el lunes para esta hija de rancheros en un fenómeno viral al que millones de personas respondieron en las redes sociales y que atrajo a cientos de curiosos y periodistas que retransmitían el evento al mundo entero.
Todo comenzó con un video subido a internet a comienzos de diciembre. "Habrá una chiva (premio) que creo que es de 10.000 pesos el primer lugar, y ya los otros dos, por allí nos acomodamos", decía Crescencio Ibarra, el padre de Rubí, con orgullo. "Quedan todos cordialmente invitados".
Tal vez fue la brillante diadema de la niña y su vestido de imitación leopardo, o el sombrero de vaquero de su papá y su descripción vacilante de "la chiva", una bolsa de 10.000 pesos (500 dólares) para el primer lugar en la carrera de caballos que coronaría la fiesta. Sea como fuere el vídeo se hizo viral y desencadenó un gran operativo logístico, mediático y de seguridad en varios puntos en torno a la comunidad de La Joya, donde era la fiesta, en el estado de San Luis Potosí.
"Mi esposo hizo la invitación, pero a las regiones vecinas, y no sé qué medio lo copió, y lo subió p'arriba (a internet) y se hizo como, no sé, una invitación a todo el mundo'', explicaba días antes a una televisión local la madre, Anaelda García. Solo unas 300 personas habían acudido a la cita por la mañana, cuando tuvo lugar la misa. Había rancheros del lugar, curiosos hasta de Luisiana, Estados Unidos, que estaban de vacaciones en México o motociclistas que llegaron de Ciudad de México en sus Harley-Davidson "a pasear" mientras las televisoras —incluso las internacionales— buscaban a los artífices del gran pastel o entrevistaban al maquillador o al coreógrafo de la quinceañera para no perderse un detalle del festejo que durante varias semanas dio lugar a "memes" irónicos, promociones especiales de empresas grandes y pequeñas —incluidas algunas falsas— y felicitaciones de famosos y políticos.
"Bienvenidos a mi fiesta de XV años", decía un gigantesco cartel con la foto de la niña en la explanada donde se habían instalado carpas, mesas decoradas en rosa, fucsia y blanco, junto a casetas de baños públicos, instalados para la ocasión.
Las vías de acceso a la comunidad, una zona de rancherías y donde también hay una destilería de mezcal, se llenaron de coches y autobuses mientras la policía estatal se encargaba de las labores de seguridad y la Cruz Roja o Protección Civil estaban en alerta ante cualquier incidente. El portavoz de la comunidad, Jorge Gómez, dijo que las autoridades esperaban de 20.000 a 60.000 personas, sobre todo a la carrera de caballos y la fiesta que tendría lugar por la noche, donde tocarían varias bandas, pero por la mañana solo habían llegado algunos centenares. Los medios de México calcularon que asistieron cerca de 30 mil personas.
Los vecinos del lugar no dejaban de sorprenderse por la gran atención que acaparó la fiesta y confiaban en que, a la larga, se tradujera en mejoras para la comunidad, como que llegara la señal de telefonía celular.