Un proyecto a gran escala para hallar una vacuna contra el coronavirus comenzó ayer en Estados Unidos con la participación de 30 mil voluntarios dispuestos a recibir la dosis, elaborada entre un laboratorio privado y el gobierno estadounidense. Se trata de la Fase 3 de la vacuna experimental.
No hay garantía de que la vacuna, desarrollada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) y el laboratorio privado Moderna, funcionará adecuadamente. Pero si superó las dos fases previas en humanos significa que hasta ahora dio buenos resultados. Lo mismo vale para otras vacunas, como la de Oxford y AstraZeneca que hoy se ensaya en Fase 3 en Brasil, Sudáfrica y Reino Unido, o la que próximamente ensayará Pfizer en varios países, entre ellos Argentina.
Para determinar la eficacia del fármaco, los voluntarios no saben si están recibiendo la vacuna o un placebo. Luego de dos inyecciones son monitoreados de cerca para ver cuál desarrolla más infecciones y cuál responde eficazmente al virus Sars-Cov-2 que provoca el Covid-19. "Desafortunadamente en Estados Unidos tenemos abundantes infecciones. Necesitamos urgentemente una vacuna segura y eficaz para controlar esta pandemia"', declaró el director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci.
Moderna informó que las vacunaciones empezaron en Savannah, Georgia, el primero de más de 90 sitios en que se hará el experimento. Pero en otros puntos también había ayer voluntarios que recibían su dosis, como Binghamton, Nueva York.
Otras vacunas, desarrolladas en China y en la Universidad de Oxford en Inglaterra —esta con la multinacional británica AstraZeneca—, están realizando ensayos de tercera fase más pequeños en Brasil, Sudáfrica y otros países gravemente afectados.
En Estados Unidos, todos los meses la Red de Prevención de Covid-19, una iniciativa financiada por el gobierno federal, difundirá un estudio sobre una posible vacuna y cada una tendrá que contar con 30.000 voluntarios. Los estudios sirven no sólo para ver si la vacuna funciona, sino también para garantizar que no tengan efectos secundarios perniciosos. Y la obligación de someter todas las dosis a los mismos estándares facilitará a los científicos la comparación entre todas.
En agosto comenzará la etapa final del ensayo de Oxford/AstraZeneca, tras lo cual se realizará otro por parte de la compañía Johnson & Johnson en septiembre y uno de Novavax en octubre. Pfizer también ha anunciado planes de realizar un ensayo en las semanas venideras. Argentina está en la lista de países elegidos para la fase 3 de esta última vacuna.
El proyecto de Estados Unidos es muy ambicioso en términos de plazos. "Tener una vacuna segura y efectiva distribuida a finales de 2020 es un objetivo difícil de alcanzar, pero es el objetivo correcto para el pueblo norteamericano", declaró el director del NIH Francis S. Collins. Pero esta velocidad de desarrollo parece difícil sino imposible de lograr. Por algo el proyecto es impulsado por la gubernamental "Operación Warp Speed". Este es el nombre de la velocidad que alcanzan las naves estelares en la serie de ciencia ficción "Star Trek". Parece que la idea de bautizar así un proyecto científico fue del presidente estadounidense Donald Trump.