Un perito psiquiatra declaró ayer en el juicio que se le sigue a Jonathan Luna por el femicidio de la niña Miacela Ortega, cometido el año pasado en las afueras de las ciudad bonaerense de Bahía Blanca, que este tiene una personalidad con una "alta probabilidad de cometer un acto criminal" y que su conducta "antisocial" se basa en la "manipulación", la "mentira" y el "desprecio" hacia los demás.
Se trata de Enrique Gabriel Grimi, de la Asesoría Pericial Departamental bahiense, quien ayer declaró como testigo ante el tribunal integrado por los jueces Eugenio Casas, María Elena Baquedano y Claudia Fortunatti sobre las dos veces que entrevistó al imputado."Demuestra un riesgo de personalidad alta con una alta probabilidad de cometer un acto criminal, demuestra rasgos psicopáticos respecto de la conducta antisocial que manifiesta basado en manipulación, mentira y desprecio a los demás", sostuvo.
Según el perito, Luna, de 28 años, no padece ningún "trastorno mental" y "tiene capacidad para enfrentar el proceso penal", por lo que lo consideró "imputable" y "sin problemas cognitivos".
Grimi también detalló que el acusado tiene una psicopatía media de 25/26 en una escala de 40, y señaló que el propio Luna "interpretó el hecho para robarle supuestamente el celular a Micaela, él puede hacer una secuencia en el tiempo de lo que sucedió, cómo se contactó por Facebook, cómo se contactó con ella en la calle, hacía donde fueron y el tiempo que duró todo eso".
Al ser consultado por el fiscal Rodolfo de Lucía, el perito dijo que en el caso de Luna "la planificación está intacta, al comentar cómo se ponía en contacto con las niñas que él buscaba".
"Su objetivo era contactarse con chicas y para empatizar con ellas decía que ponía un nombre y edad diferentes, de esa manera no despertaba ninguna sospecha (?) Una vez que lograba entrar en confianza seguía el otro objetivo, que era de qué manera se iba a contactar en la calle y qué iba a hacer", relató el perito.
Grimi dijo que Luna le comentó sobre un hecho ocurrido tres o cuatro meses antes del crimen de Micaela, de 12 años, cuando se contactó por Facebook con una joven con la que se encontró en el barrio bahiense Villa Rosas con la intención de robarle el celular.
" l (por Luna) refiere que la chica tiene una crisis asmática porque había perdido el paf para ponerse y eso es lo que hace que desista de la acción a pesar de que tenía la condición para hacerlo", indicó y agregó que en esa oportunidad, como "la chica se asustó mucho", Luna la acompañó a la parada de colectivos.
Por último, Grimi comentó que Luna "pasó solo mucho tiempo" luego de haber sido "abandonado por su madre, su abuelo y su tía", tras lo cual se fue a la provincia de Río Negro a vivir con un tío en el medio de un campo donde cosechaba manzanas.
"Toda una vida tuvo pérdidas y no tuvo un desarrollo social", concluyó el perito.
Micaela desapareció el 23 de abril de 2016 en Bahía Blanca y el 28 de mayo de ese año su cuerpo golpeado y estrangulado fue encontrado en cercanías de la ruta nacional 3, a la altura de la vecina localidad de General Daniel Cerri.
Tras el hallazgo del cadáver, Luna fue detenido en la precaria vivienda que habitaba en el barrio Saladero, de Bahía Blanca, lugar en el que los investigadores encontraron un teléfono celular de la niña como así también una planchita de pelo.
El juicio por el caso comenzó el lunes con la declaración de los padres de la víctima.