Buzios, uno de los principales destinos turísticos de los argentinos en Brasil, quedó en el centro de una polémica ayer al conocerse que un resort propone como actividad extra a los veraneantes un curso de entrenamiento policial -con clases de tiro, lanzamiento de granadas y puñales- a cargo de agentes de la tropa de élite de Río de Janeiro.
El caso ganó repercusión porque el curso sobre el entrenamiento del Batallón de Operaciones Especiales de la policía de Río de Janeiro es ofrecido por el portavoz de la Policía Militar, Ivan Blaz, y otros agentes.
La tropa de élite se hizo famosa por la película homónima del cineasta José Padilha, de 2017.
La División Asuntos Internos de la policía de Río anunció que abrió una investigación para determinar si los agentes que ofrecen este curso violaron la ley. "Experiencia Caveira (calavera)" se llama el curso ofrecido por una empresa en la que son socios policías militares de Río.
Pasar el fin de semana en el resort haciendo el curso cuesta unos 550 dólares por persona.
La publicidad indica que los niños hasta 11 años pueden hacer el curso gratis y muestra a personas practicando tiro con los fusiles automáticos del Bope, la tropa de élite que también se hizo famosa por las imágenes de sus blindados arrastrando todo a su paso en los pasillos de las favelas cariocas. El caso llama la atención porque entre las fotos de promoción del turismo de experiencias hay varias de turistas apuntando con un fusil y manipulando granadas en las arenas blancas, sobre todo porque en los últimos meses varios sectores políticos insistieron en liberar la venta de armamento.
Sobre todo con la candidatura del ultraderechista Jair Bolsonaro, del Partido Social Cristiano, un ex capitán del ejército que es el segundo favorito en las encuestas para las presidenciales de octubre, detrás del ex presidente Luiz Lula da Silva.
El curso ofrecido por los policías en actividad incluye "disparos airsoft", rescate de heridos, interrogatorios, granadas, marchas, nado de infiltración, lanzamiento de puñales, entre otras actividades consideradas extremas.
El caso llevó al jefe de la policía militar de Río, coronel Wolney Dias, a ordenarle a la División Asuntos Internos investigar el curso.