El Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de La Plata devolvió al pueblo aché el cráneo
de Krýgi, una niña de su etnia, capturada y llamada Damiana a fines del siglo XIX. Había sido
secuestrada junto a su madre en la selva paraguaya.
“La devolución de los restos de nativos aché desde Argentina a
Paraguay, tras 114 años, es el reconocimiento del racismo del pasado y el derecho del presente de
los pueblos ancestrales”, dijo anteayer el experto de Naciones Unidas, Bartolomé Clavero.
El acto de “Reparación histórica y social” fue presidido por
Rafael Romá, embajador argentino en Asunción, quien dijo: “Es un momento difícil para
nosotros, pero es símbolo de los vínculos entre los pueblos”.
Varones aché cantaron himnos religiosos en el Museo del Terror, ex
oficina de inteligencia y torturas de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).
El activista de derechos humanos Martín Almada, director del Museo del
Terror, dijo que a fines del siglo XIX era común el secuestro de aborígenes para labores domésticas
y agrícolas en fincas de terratenientes.
Krýgi fue capturada por estancieros en la selva de Caazapá, a unos 350
kilómetros al sur de Asunción. Habías sido acusada de haber faenado un caballo. En esa ocasión
varios adultos fueron asesinados y sus objetos robados. En circunstancias poco claras terminó en
poder del antropólogo Ten Kate, sirviendo de criada en Argentina y de codbayo humano, sometida a
vejaciones y maltrato.
En 1907 falleció a los 14 años, su cabeza fue cortada y enviada a
Alemania para ser “analizada” por el profesor Juan Virchow en la Sociedad Antropológica
de Berlín, para tratar de probar la superioridad de la raza blanca.
Su esqueleto decapitado permaneció como objeto de curiosidad, junto a
algunos elementos de su tribu, en el museo de La Plata hasta el viernes último
En la gestión del gobierno de Fernando Lugo, Margarita Mbywangy, una aché, fue
ministra de Asuntos Indígenas.
La repatriación de la cabeza de la aborigen fue gestionada por la
Federación Aché de Paraguay y la Liga Nativa por la Autonomía, Justicia y Etica.
Los restos de la niña serían sepultados en el cementerio de la comunidad
Ypetimí, en una ceremonia religiosa encabezada por sus ancianos.
El pueblo aché es una de las 20 etnias que sobreviven en Paraguay, con
una población total de 108 mil personas. Viven en siete comunidades en los departamentos Caazapá,
Caaguazú, Kanindeyú y Alto Paraná. Constituyen unas 350 familias con 1.400 personas, que se dedican
a la agricultura.
En La Plata, al partir los restos, la directora del museo, Silvia
Ametrano, admitió que “desde el 2006 se está revisando la concepción y la política
institucional en referencia a los restos humanos exhibidos, que conformaron el museo”.
(AP)