Los astronautas Nick Hague y Alexéi Ovichinin regresaron indemnes a tierra después de que el cohete Soyuz en el que despegaron rumbo a la Estación Espacial Internacional falló a 50 km de altura, a poco de partir. La emergencia hizo temer por las vidas de los dos tripulantes. Se anunció la suspensión del programa hasta tanto se investigue lo ocurrido. Desde que sacó de servicio su transbordador espacial, Estados Unidos depende de las naves y cohetes rusos para mantener su actividad espacial tripulada.
Apenas dos minutos después del despegue, uno de los motores del cohete falló y obligó a los dos tripulantes a regresar de emergencia a la Tierra. "En el momento del despegue de la nave Soyuz MS-10, sucedió algo inusual. Los sistemas de emergencia se activaron, y la nave aterrizó en Kazajistán. La tripulación está viva y se estableció contacto", anunció la agencia espacial rusa Roskosmos. "Los recuperamos", agregó poco después Roskosmos a los periodistas en el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán. La nave Soyuz tenía que llevar a los dos hombres para una misión de seis meses en la estación orbital.
"Problema de lanzadores, dos minutos 45 segundos. Problema de lanzadores. ¡Fue un vuelo rápido!", anunció con frialdad e ironía el cosmonauta ruso Alexéi Ovichinin, comandante del cohete Soyuz, durante la transmisión en directo del despegue. Este era el segundo vuelo espacial para el científico ruso de 47 años, que pasó 172 días en el espacio en 2016.
"Hubo un problema con el motor unos segundos después de la separación del primer nivel" de la nave, informaron desde la estadounidense NASA. Nick Hague y Alexéi Ovichinin viajaban a 7.563 km/h y se encontraban a unos 50 km de altitud. La cápsula, equipada con paracaídas, los trajo de vuelta. La maniobra de emergencia los sometió a fuerzas de hasta 7 veces la gravedad. Ambos tripulantes fueron recuperados minutos después de su aterrizaje y evacuados hacia una ciudad cercana. Roskosmos publicó una foto de los dos tripulantes sentados, con personal médico tomándoles la presión. Horas más tarde la agencia rusa publicó dos fotos en las que se los ve abrazando a sus familiares y compartiendo una comida. Pero el fantasma de la catástrofe sobrevoló a todos los involucrados. Las muertes de astronautas no son infrecuentes en la historia espacial.
Según un fotógrafo de la AFP, el despegue transcurrió normalmente, pero "después de la separación del primer nivel tuvimos la impresión de que había habido una especie de resplandor". Según una fuente de Roskosmos citada por la agencia rusa Ria Novosti, la cápsula donde estaban los dos astronautas se desprendió automáticamente del resto del cohete después del incidente.
Las imágenes retransmitidas en directo muestran a los dos astronautas en el interior de la cabina, luego se interrumpen como de costumbre, ya que la cámara no puede seguir al cohete desde el exterior más allá de cierta altura. El director de la agencia Roskosmos, Dimitri Rogozin, anunció la apertura de una investigación.
Se suspendieron todos los lanzamientos de vuelos tripulados a la espera del resultado de la investigación y la identificación de los problemas que provocaron el accidente, indicó el vice primer ministro ruso Yuri Borisov,.
Stefan Beransky, editor de la revista especializada Aerospatium y autor de un libro sobre los cohetes Soyuz, señaló que ahora "el principal problema es que hay dos personas menos en la estación" espacial.
"Mientras se esperan las conclusiones de la investigación rusa, el Soyuz probablemente se quede en tierra un tiempo", dijo a la AFP.
El próximo vuelo hacia la ISS, donde hay actualmente tres astronautas _el alemán Alexander Gerst, la estadounidense Serena Aunon-Chancellor y el ruso Serguéi Prokopiev_ está previsto para diciembre.El comité de investigación ruso buscará determinar si se violaron las reglas de seguridad durante la construcción.
Según Ria Novosti, el último accidente de este tipo se remonta al 23 de septiembre de 1983. Pero la Sociedad Planetaria,citada por National Geographic, afirma que Rusia ha tenido 15 fallos entre 2011 y 2016, desde la explosión de cohetes que llevaban satélites hasta yerros en lograr la órbita adecuada. El accidente de la Soyuz podría poner en peligro el programa de la ISS, incluso interrumpir el uso de la gran base espacial, que ha estado ocupada de manera permanente desde noviembre del 2000.