La jueza federal de la ciudad santacruceña de Caleta Oliva, Marta Yánez, a cargo de la causa que investiga el hundimiento del submarino ARA "San Juan" con sus 44 tripulantes en el Atlántico sur, afirmó ayer que "habría que hacer un estudio para ver si es factible desde el punto de vista económico y técnico reflotar el submarino".
También adelantó que, en base a las fotografías y registros fílmicos tomados del lugar donde se encontró la nave, se hará "una suerte de maqueta que nos permita dar paso a eventuales pericias".
"Apuntamos a que, con la evidencia de la condición física del ARA «San Juan» y el lecho marino que lo circunda, donde estarían desparramadas partes de la embarcación, reconstruir en tierra una suerte de maqueta que nos permita dar paso a eventuales pericias", explicó la jueza al canal de cable TN.
La jueza agregó que "hoy no conocemos la conveniencia desde el punto de vista procesal" de traer al submarino a la superficie.
"Habría que hacer un estudio para ver si es factible desde el punto de vista económico y técnico reflotar el submarino", dijo la jueza ya que, según ella, "no es lo mismo que lo puedan reflotar dañando las condiciones primigenias en las que quedó, y que nos van a gratificar las fotografías. Eso alteraría de por sí la prueba".
Por otra parte advirtió que, llegado el punto de que se trate el reflotamiento por cuestiones "de sentimientos y lógicas susceptibilidades de las víctimas de esta tragedia", eso "será resorte y quedará a cargo del Poder Ejecutivo".
Consultada por si ya cuenta con todo el material que recabó la empresa Ocean Infinity del lecho marino donde se halló al ARA "San Juan" -que totalizan 67 mil fotografías y registros fílmicos- dijo que aún le falta parte del material, pero que esta información "permitirá contar con un pormenorizado análisis del estado de situación que hay a 907 metros y de las condiciones físicas en que quedó la nave".
Por otra parte, Yañez sostuvo que "es una causa sin antecedentes y muy compleja", pero que el contar ahora con las imágenes de la nave permitirá avanzar más firmemente sobre la investigación.
"No es lo mismo llegar a una conclusión a través de documentación y testimoniales de personas que no estuvieron en el lugar que contar con imágenes certeras del siniestro y des condiciones en las que quedó el submarino. Todo esto arroja un mayor grado de certeza", aseguró.
Respecto de la carátula de la causa dijo que sigue estando bajo el título de "averiguación de ilícitos" porque "quisimos ser muy amplios".
"Hay una gran cadena jerárquica dentro de lo que es la Armada y no sabemos si esto puede llegar a una falta en los deberes de funcionario público o una negligencia", dijo.
"No quise acotar con un delito en particular algo que pudiera ser más amplio", explicó.
Y concluyó: "Estamos empeñados en hacer un trabajo serio y prolijo porque el deber del Poder Judicial de la nación es dar la respuesta desprovista de cualquier interés que no sea la verdad".
"Imposible" para Aguad
Por su parte, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, considera que no existe tecnología en el mundo que permita rescatar el submarino ARA "San Juan" de la profundidad del Atlántico Sur, pese al reclamo de varios de los familiares de los 44 tripulantes para que sea reflotado.
"Argentina no cuenta con medios técnicos para rescatar o reflotar el submarino y no debe haber en el mundo ninguna tecnología para traer de los 900 metros de profundidad una mole de 2.300 toneladas de peso", declaró Aguad a radio Mitre de Buenos Aires.
El ministro se mostró firme al asegurar que "no es que sea una decisión (del gobierno), no se puede (reflotar)".
Pese a los cuestionamientos que recibió desde la desaparición del submarino el 15 de noviembre de 2017, el ministro aseguró que "siempre" dijo la verdad.
El ARA "San Juan" fue hallado colapsado en el fondo del mar, a unos 500 kilómetros al este de las costas patagónicas argentinas, muy cerca de donde los hidrófonos de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés) detectaron a las 10:51 horas del 15 de noviembre de 2017 una "falla hidroacústica" compatible con una implosión. Dos horas antes se había recibido la última comunicación desde el sumergible.