El Tribunal Penal de Mendoza fundamentó la condena de sólo tres años y nueve meses de prisión a Julieta Silva, la joven que mató a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, porque -según los jueces integrantes- no tuvo "una motivación homicida".
El Tribunal Penal de Mendoza fundamentó la condena de sólo tres años y nueve meses de prisión a Julieta Silva, la joven que mató a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, porque -según los jueces integrantes- no tuvo "una motivación homicida".
Los magistrados Rodolfo Luque, María Eugenia Laigle y Julio Bittar determinaron que se trató de un accidente: "No está acreditado que lo vio caer. No hubo intención de pisarlo porque aunque discutieron no había una motivación homicida, sumado a que las condiciones climáticas, lluvia, niebla y escasa luz durante la noche, agravaron la visibilidad de Silva", sostuvieron.
De todos modos, manifestaron que Julieta condujo de manera imprudente, sin sus lentes recetados, que no desempañó los vidrios y que estaba alcoholizada.
El tribunal creyó en la declaración de Silva en cuanto a que no vio a Genaro cuando cayó al asfalto tras correr algunos metros junto al auto que ella conducía, y a que tras doblar en U —para, según dijo, devolverle el celular— no advirtió que el joven estaba tirado en el sector oeste de la calle Chañaral, porque ella lo buscaba del lado izquierdo, donde lo había dejado.
El presidente del tribunal, el juez Luque, dijo que la condena por homicidio culposo (accidental) agravado fue por la conducción imprudente de Silva: "No solo no aumentó los niveles de cuidado, sino que además desatendió la calzada, avanzando por ella con distracción, sin mirar hacia adelante con detenimiento, lo que le impidió ver el cuerpo de Genaro recostado en medio del espacio destinado especialmente a la circulación vehicular".
El fundamento de la sentencia dice que el "dolo", la intención de pisarlo, debe probarse y no inferirse como lo hicieron el fiscal Fernando Guzzo y el abogado de la familia Fortunato, Tíndaro Fernández.
En el juicio que concluyó el 3 de septiembre, Silva enfrentaba una acusación de homicidio con varias calificaciones alternativas. Al debate llegó acusada por homicidio simple con dolo eventual —delito que se castiga con de 8 a 25 años de prisión— y por homicidio culposo agravado —que tiene una pena máxima de cinco años de cárcel—. Sobre el final del juicio, el fiscal Fernando Guzzo introdujo el agravante por la relación de pareja y pidió acusar a Julieta por homicidio agravado por el vínculo.