Los padres del bebé británico Alfie Evans, quien padece una rara condición cerebral degenerativa y está en estado terminal, recurrirán hoy a la Justicia para pedir que se prolongue su tratamiento, dado que ya se fijó fecha para desconectar el equipo de respiración artificial que lo mantiene con vida.
Así, Tom Evans, de 21 años, y Kate James, de 20, que viven en la ciudad de Liverpool, pedirán a la Corte de Apelaciones que permita que el niño, de 23 meses, "siga siendo tratado en el centro pediátrico Bambino Gesú, en Roma, vinculado al Vaticano", reportó la agencia Efe.
Desde diciembre de 2016, Alfie sobrevive conectado a un soporte de ventilación artificial, dado que padece una rara enfermedad neurológica que los médicos no pudieron identificar y para la que no parece haber cura.
La pareja asegura que dispone ya de ambulancia y jet privado para desplazarse y en declaraciones recientes a medios locales el padre del niño reveló que "trató de llevarse a su hijo del hospital, pero que la policía se lo impidió bajo advertencia de que podría ir a la cárcel".
Por su parte, el centro médico afirma que su estado semivegetativo es "irreversible" y que "continuar su tratamiento no redunda en sus mejores intereses".
"La condición clínica de Alfie es realmente descorazonadora, pero en cada fase del proceso legal que se sigue en estos casos los tribunales acordaron con el equipo médico, asesores expertos independientes y la familia que su condición es irreversible y no puede tratarse", indicó un portavoz médico. En febrero un tribunal británico dio luz verde a los doctores para que detengan el tratamiento contra de la voluntad de sus padres, una decisión que corroboró el pasado 6 de marzo el tribunal de Apelaciones de ese país. El pedido de los padres fue también rechazado por el Supremo -máxima instancia judicial de este país- y la Corte Europea de Derechos Humanos, mientras que el miércoles pasado la justicia británica detalló un plan médico para poner fin a la vida de Alfie.
Pedido de Francisco
En tanto, el Papa Francisco pidió ayer que "se respete la dignidad" de los enfermos y que sean tratados "de manera adecuada a sus condiciones", tras citar los controvertidos casos del francés Vincent Lambert y el bebé británico Alfie Evans, ambos en estado terminal.
"Les pido rezar por personas como Vincent Lambert, en Francia, o el pequeño Alfie Evans, en Inglaterra, y otras que en varios países viven desde hace mucho tiempo situaciones de grave enfermedad y asistidas en sus necesidades primarias", dijo Francisco tras el rezo del Regina Coeli, celebrado en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
El pontífice argentino afirmó que se trata de situaciones "delicadas, muy dolorosas y complejas" e instó a que "a todos los enfermos se les respete su dignidad y sean tratados de manera adecuada a sus condiciones", reportó la agencia Efe. El Papa hizo referencia al caso del francés Lambert, de 41 años, que está hace diez en estado vegetativo, y al de Alfie Evans, el bebé británico de 23 meses que está hospitalizado y conectado a una máquina desde diciembre de 2016.