La aparición de nuevas pruebas basadas en pericias informáticas que manifestaron la conexión entre los imputados en el juicio conocido como Vatileaks 2 puso una pausa de una semana en la última etapa del proceso que investiga el robo y filtración de documentos secretos en el Vaticano.
Antes de iniciar lo que estaba previsto fuese la última audiencia de testimonios, el presidente del tribunal vaticano pidió una semana de receso luego de que en la noche del lunes se conocieran pericias informáticas sobre los teléfonos de los acusados que ponen de manifiesto el intercambio de passwords para acceder a documentos secretos que luego terminaron filtrados en dos libros sobre las finanzas de la Santa Sede.
En el juicio están imputados los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, los consejeros económicos Nicola Maio y Francesca Chaouqui, y el religioso español Lucio Vallejo Balda, quienes enfrentan cargos por divulgación de documentos reservados "contra la seguridad del Estado", un delito que, según la ley de la Santa Sede, puede ser penado con hasta 8 años de prisión.
Luego de que en marzo Vallejo Balda, ex miembro de la comisión creada por el Papa Francisco en 2013 para ordenar las cuentas vaticanas, reconociera ser el "topo" que filtró documentos que terminaron en los libros "Avarizia", de Fittipaldi, y "Via Crucis", de Nuzzi, este lunes el cruce de mensajes y llamadas complicó aún más su situación y de la los periodistas. Las pericias informáticas confirmaron que Vallejo Balda entregó a Nuzzi un listado con 85 claves que servían para abrir todos los documentos que había elaborado la Cosea, la comisión que instruyó el Papa en julio de 2013 para revisar las cuentas vaticanas, y que estaban en el correo electrónico del religioso español.
Ayer, en una audiencia de apenas 15 minutos, el presidente del tribunal Giuseppe della Torre convocó a una audiencia para el próximo martes 24 para dar tiempo al promotor de Justicia y a los abogados defensores a preparar preguntas y eventuales observaciones sobre las nuevas pruebas.
Además, la investigación sobre dos Iphone 5 y 6 y una Macbook mostró cómo, en diciembre de 2014 y en marzo de 2015, Vallejo Balda envió a Guzzi y a Chaouqui mensajes de Whatsapp con las claves.
"Con estos passwords Nuzzi podía abrir todos los documentos que se encontraban en el mail de Balda", aseguró en la noche del lunes el comisario de la Gendarmería vaticana Gianluca Gauzzi, encargado de presentar el análisis sobre los aparatos electrónicos.
Por otro lado, según indicaron las pericias, Vallejo Balda contrató al esposo de Chaouqui por 110 mil euros para que diseñara el server en el cual se alojaban los documentos que producía la comisión, así como las claves para abrir esos archivos.
En la audiencia de ayer fueron interrogados tres testigos: el obispo auxiliar de Roma, monseñor Augusto Paolo Lojudice; el responsable de los servicios informáticos de la Prefectura de Asuntos Vaticanos, Roberto Minotti, y el jefe de oficina de la Prefectura, monseñor Alfredo Abbondi, quien aseguró que "Francesca estaba convencida de que en la Prefectura de Asuntos Económicos habían colocado micrófonos ocultos. Hasta el punto que una vez ella llegó a la Prefectura con un técnico que con un aparato confirmó la existencia de esos micrófonos".