palpitaciones, mareos, falta de aire, intolerancia al ejercicio físico pueden ser síntomas de fibrilación auricular paroxística, la arritmia cardíaca más frecuente. Se calcula que del 1 al 2% de la población mundial la sufre, y aunque es mucho más común después de los 60 años hay hombres y mujeres que reciben este diagnóstico siendo jóvenes.
Tener fibrilación auricular no es bueno por varios motivos. No sólo porque complica la calidad de vida cotidiana sino porque además aumenta el riesgo de padecer enfermedades severas como el accidente cerebrovascular (ACV), que es cinco veces más frecuente entre quienes tienen esta alteración cardíaca. La buena noticia es que para estos pacientes hay respuestas desde la medicina, y novedades alentadoras.
Hasta el momento las opciones de tratamiento son farmacológicas en las primeras etapas, y luego quirúrgicas, ya que el problema suele avanzar con el paso del tiempo.
Entre las alternativas en quirófano la ablación por cateterismo es una de las más utilizadas pero la novedad es que esta técnica está siendo paulatinamente reemplazada por la crioablación, que es mínimamente invasiva, actúa por frío y tiene una alta tasa de éxito. Además ofrece menos complicaciones para el paciente.
Alfredo del Río, cardiólogo especialista en arritmias del Grupo Oroño, contó a LA CAPITAL que el centro médico es el primero del interior del país que está utilizando esta opción para tratar la fibrilación auricular, sumándose a dos instituciones que ya lo hacen en Buenos Aires.
“Nos capacitamos con el doctor Horacio Guillén en Estados Unidos para poder aplicar esta tecnología en Rosario y ya estamos operando a los primeros pacientes con buenos resultados”, dijo.
“La fibrilación auricular es una arritmia que a los cardiólogos nos preocupa mucho desde hace tiempo. Es la más común de todas las arritmias y genera que el corazón se salga totalmente de su ritmo normal como consecuencia de ciertas anomalías eléctricas. Esto genera mucha sintomatología y afecta la calidad de vida. También hay personas que la toleran sin tantos problemas y conviven con esto sin saber que lo tienen, lo que es sumamente riesgoso”, agregó.
El cardiólogo destacó que el tratamiento es imprescindible, ya sea farmacológico, como el que se intenta en las primeras etapas, o quirúrgico. “Sólo el 20% de las personas con fibrilación auricular pueden controlar la arritmia con drogas; la mayoría necesita otra instancia de tratamiento como puede ser la ablación por cateterismo (lo que hacíamos antes de la crioablación), colocación de dispositivos como marcapasos, choque eléctrico. En definitiva lo que se busca es volver el corazón al ritmo normal ya que cuando se sale de ese ritmo se incrementa el riesgo de coágulos, embolias, ACV, insuficiencia cardíaca, lo que pone al paciente en riesgo, además de todas las complicaciones que le trae en la vida diaria como hinchazón de piernas, edemas, fatiga, sensación de falta de aire, que suelen ser incapacitantes”.
La nueva tecnología que llegó a la Argentina nació en Estados Unidos. “La crioablación por balón es simple, tiene menos riesgos para la persona y podemos aplicarla en poco tiempo. Con la técnica que utilizábamos anteriormente demorábamos más de una hora en quirófano y ahora en pocos minutos resolvemos el problema en un 75 a 80% de los casos y el confort del paciente poscirugía es mayor”.
¿En qué consiste? Del Río lo explicó de este modo: “Introducimos el balón hasta la desembocadura de la vena pulmonar en la aurícula izquierda. Allí se infla y se llena de un gas que se congela generando una especie de barrera a los estímulos eléctricos de las venas que son las que inician la arritmia”. Con este procedimiento, señaló, “generamos una lesión más limpia, menos riesgosa y más precisa que con la técnica anterior. Lo consideramos un gran avance”.
La fibrilación auricular es un diagnóstico que los cardiólogos informan todas las semanas a algún paciente. En Estados Unidos las estadísticas indican que hay más de 3 millones de personas con este problema y que en 2035 serán el doble.
Es más común a partir de la mediana edad y su incremento está relacionado con una mayor expectativa de vida de la población. En general es progresiva y mucho más complicada de tratar si además se tienen otras enfermedades, como hipertensión o insuficiencia cardíaca.
“Con esta técnica, un número muy importante de pacientes logra estabilizar su ritmo cardíaco”, enfatizó Del Río, quien señaló además que las obras sociales ya están reconociendo la cirugía por crioablación.