Un montañista británico de 44 años murió ayer en el monte Everest y ya son 10 los fallecidos durante esta temporada en el pico más alto del mundo, ubicado en la cordillera del Himalaya. La breve temporada se ha hecho famosa por las filas de montañistas que esperan turno para subir a la montaña de 8.848 metros sobre el nivel del mar.
El último escalador fallecido es Robin Haynes Fisher, que murió cuando se encontraba a 8.700 metros de altura, apenas después de iniciar el descenso tras llegar la cima. "Había bajado unos 150 metros cuando colapsó. Su 'sherpa' intentó salvarlo, pero ya había muerto", contó Murari Sharma, de la empresa Everest Pariwar Treks, en Katmandú, que organiza expediciones. Durante la jornada del viernes, el irlandés Kevin Hynes, de 56 años, murió en su tienda de campaña, a unos 7.000 metros, también en el camino de vuelta. Ese día también falleció Dhurba Bista, un guía de 33 años empleado de la empresa Himalayan Ecstasy Treks, que enfermó en el campamento 3, a 7.200 metros, mientras guiaba a sus clientes en la montaña. Bista fue trasladado en avión al campo base, donde los médicos informaron que llegó muerto.
A su deceso se suman el de cuatro indios -dos mujeres y dos hombres-, que fallecieron durante el descenso después de alcanzar la cima del Everest, a 8.848 metros de altura, cuando cientos de escaladores esperaban para subir a la cumbre mientras lo permitían las condiciones meteorológicas. Esos escaladores fueron identificados como Nihal Bagwan, de 27 años que formaba parte de una expedición de dos personas y murió el jueves en el campamento 4 después de descender de la cumbre, y Kalpana Das (53), que integraba una expedición de mujeres de tres países, ambos fallecidos el jueves. A ellos se sumaron Anjali Kulkarni, de 53 años, quien murió cuando regresaba de la cumbre del Everest el miércoles, y otro escalador del país asiático.
Un escalador estadounidense es otra de las víctimas fatales, mientras las autoridades presumen el fallecimiento de otro ciudadano irlandés que desapareció en la montaña. Además, un austriaco murió en la fachada tibetana de la montaña.
La temporada de primavera es la época más popular para escalar el Everest y otros picos del Himalaya, debido a las buenas condiciones climáticas, lo que se traduce en una masiva afluencia de montañistas que este año provocó una peligrosa congestión. "Hay solo pequeñas ventanas de buen tiempo y todo el mundo quiere escalar a la vez", afirmó Babu Sherpa, director de la empresa de expediciones Peak Promotion, y agregó que el hacinamiento congestionó este año la ruta desde el campamento 4 hasta la cima. El año pasado murieron en el trayecto hacia el monte Everest cinco personas.
El departamento de Turismo de Nepal otorgó 38 permisos para escalar el Everest entre abril y mayo de este año, un récord histórico desde la primera ascensión en 1953, y cada montañista fue con un guía sherpa, lo que significa que más de 750 personas transitaron el mismo camino durante la temporada de primavera, que dura unas pocas semanas, entre abril y mayo.
El "embotellamiento" que causó la muerte de tantos escaladores en la última semana se produjo en un estrecho camino de ladera, el único paso hacia la cumbre del Everest, la más alta del mundo con sus 8.848 metros. La temporada comienza a finales de abril, cuando el clima ofrece condiciones menos extremas en esas alturas heladas, y concluye finales de mayo. Queda claro que esas "buenas condiciones" son relativas.
El permiso para realizar la expedición al monte Everest que otorga Nepal cuesta 11.000 dólares. Si se suman los costos de las empresas que organizan las expediciones, se llega cómodamente a 100 mil dólares per cápita. Hasta el viernes, unas 600 personas habían escalado el Everest por la ruta nepalí, informaron las autoridades locales; y al menos otros 140 escalaron desde el flanco norte del Tíbet. Entre la noche del martes último y la mañana del miércoles, más de 200 escaladores hicieron cumbre en el Everest, rompiendo el récord de ascensos en una misma jornada pero también creando un "embotellamiento" que provocó filas de varias horas en un estrecho camino de la ladera cercano a la cumbre.
Unos 250 montañistas salieron del cuarto y último campamento -a 7.900 metros- durante la noche del martes, y más de 200 alcanzaron al día siguiente la cima. Según el departamento de Turismo nepalí, en 2018, 855 personas intentaron llegar a la cumbre del Everest, y de ellas, 563 lo lograron. Para Nepal, así como para Tibet, las divisas que dejan el turismo de montaña son vitales.