Estados Unidos superó ayer los 150.000 muertos por el coronavirus, en medio de un aumento imparable de casos en casi todo el país, y los científicos advirtieron que los decesos se elevarán “fácil a múltiples cientos de miles” si el Gobierno no controla la situación.
El país más afectado por la pandemia suma ya 150.034 muertos por el virus y, en las últimas 24 horas, se detectaron también otros 61.660 contagios, con lo que el total se acerca a 4,4 millones, según la universidad estadounidense Johns Hopkins.
La sombría marca, por mucho la más alta en el mundo, surge en medio de señales de que el brote de la nación empieza a estabilizarse en el Cinturón del Sol —que comprende la franja sur del país— pero se está acelerando en la región centro-norte, avivado en gran medida por los adultos jóvenes que están regresando a los bares, restaurantes y gimnasios.
El repunte ha estado acompañado por un creciente brote de desinformación y teorías de conspiración sobre supuestas curas y la efectividad de las mascarillas.
El fenómeno, que se ha desarrollado en gran medida en las redes sociales, se intensificó esta semana cuando el presidente Donald Trump retuiteó un video falso sobre que un medicamento contra la malaria era una cura para el virus y se dio a conocer que la inteligencia rusa está propagando información falsa sobre la crisis de salud a través de sitios web en inglés.╠
Los expertos temen que el torrente de información errónea esté socavando de manera peligrosa las labores para frenar el virus.
Brasil tiene la segunda cantidad más alta de muertes por país, con 90.000, seguido por Gran Bretaña con 46.000 y México con más de 44.000.
Con relación a los casos confirmados de casi 4,4 millones en EE.UU, también la cantidad más alta en el mundo, se cree de igual manera que las cifra real es mucho mayor, en el resto del mundo también, debido a la cantidad limitada de pruebas y los muchos casos con síntomas leves que no se han detectado o reportado.
Los casos y muertes por coronavirus se habían estabilizado en Estados Unidos a principios de mayo, pero luego empezaron a aumentar de modo sostenido y a niveles récord tras levantarse restricciones en casi todos los estados, a fin de relanzar la actividad económica.
Los estados más afectados por este repunte son los tres más poblados del país: California, Texas y Florida, además de Arizona, entre otros. Ayer Florida registró su segundo récord diario consecutivo de muertos, aunque los nuevos contagios se mantienen por debajo de la barrera de los 10.000.
En las últimas horas, el estado sureño registró 9.446 nuevos casos y 217 muertes, según el Gobierno.
El presidente Trump, quien buscará su reelección en noviembre, insiste en defender su gestión de la crisis y la necesidad de reabrir la economía nacional, con el argumento de que la mayoría de los nuevos casos son “inofensivos” porque no derivan en la muerte.
Ayer, el mandatario volvió a promover una droga para la malaria, la hidroxicloroquina, como un tratamiento efectivo, pese a que ha sido desaconsejada por los expertos.
El presidente era esperado ayer en Texas, donde iba a hablar durante un evento de recaudación de fondos de campaña y hará otra intervención al visitar una instalación petrolera en la ciudad de Midland, informó la Casa Blanca.
La Asociación de Universidades Médicas de Estados Unidos (AAMC) dijo que si el país no recupera el control de la pandemia, las muertes se dispararán “fácil a múltiples cientos de miles”, al publicar una nueva “hoja de ruta” sobre cómo contener el brote.
“Se necesita urgente una acción coordinada para salvar vidas, poner fin a la pandemia, restaurar la economía de Estados Unidos y hacer que nuestras vidas vuelvan a la normalidad”, dijo el presidente y CEO de AAMC, David Skorton, informó CNN.
La hoja de ruta fue elaborada por los decanos de principales universidades de Medicina del país y por otros doctores, científicos, equipos de médicos de emergencia y paramédicos, explicó Skorton.
“Es vital que Estados Unidos asuma un enfoque unificado ante la pandemia”, dijo la organización.