El flamante ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, afirmó que "la obesidad infantil es el principal problema de salud pública en Argentina", al exponer en el Foro internacional "Argentina en Ocde" (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
"La obesidad ha aumentado en la Argentina más del 40 por ciento en los últimos ocho años. Según las estadísticas de la región, somos el primer consumidor de bebidas azucaradas per cápita", sostuvo Rubinstein en el encuentro realizado en la Casa Rosada entre autoridades nacionales y una delegación de directivos de Ocde que llegaron al país esta semana.
En ese sentido, el funcionario destacó que desde la cartera de Salud "se está trabajando en la implementación de políticas públicas para dar cuenta de que se trata de una epidemia gravísima que puede hipotecar el futuro de la próxima generación".
Consultado respecto del gravamen a las bebidas azucaras que contempla la reforma tributaria diseñada por el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, dijo que le parece "una excelente medida" al tiempo que agregó: "También hay que utilizar otros métodos como el etiquetado frontal con las correspondientes advertencias sanitarias y con la restricción de políticas de marketing para los chicos".
Considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "uno de los más serios problemas del siglo XXI", la obesidad infantil se expande en el país a ritmo "alarmante" y anticipa un futuro complicado.
Este año, el Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado por la OPS/OMS ubicó a la Argentina primera en el ránking regional de obesidad. Según ese informe, el 9,9 por ciento de los niños menores de cinco años padecen el problema. Para otros organismos, en cambio, figura segunda.
Al país lo siguen Perú, con 9,8 por ciento, y Chile, con 9,5 por ciento. Otro país con graves problemas por el alto consumo de bebidas azucaradas, en especial las colas, es México, donde hay verdaderos fanáticos de éstas.
En escuelas y en chicos de entre 11 y 12 años se llega a ver hasta un 48 por ciento de obesidad de acuerdo a algunos relevamientos.
Hasta hace algunos años el sobrepeso y la obesidad eran percibidos como un problema de los países desarrollados. Ahora la epidemia se extiende a una velocidad de vértigo en los países de bajos y medianos ingresos.
A nivel general, y midiendo la población adulta, según la agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Argentina duplicó los índices de obesidad entre 1980 y 2014, tanto en hombres como en mujeres. Y es el país de Latinoamérica y el Caribe con más hombres adultos obesos.
El informe "Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe", reveló que en la Argentina la prevalencia de obesidad en hombres adultos pasó del 12,5 por ciento en 1980 al 26,7 por ciento en 2014. Y en cuanto a las mujeres, subió de 15,1 a 30 por ciento.
Atención
En otro orden, Rubinstein se refirió a la calidad del servicio de salud en el país y sostuvo que "el 100 por ciento de la población tiene derecho a acceder a cualquier hospital público". Sin embargo, dijo que es necesario trabajar para que los ciudadanos puedan recibir las prestaciones "en tiempo y forma", ya que actualmente es algo que "no está garantizado en el sector público".
"Es inadmisible que un país no tenga garantizado el 100 por ciento de atención de calidad en el sector público", consideró el flamante ministro al tiempo que agregó: "Hoy, el sistema de salud va a seguir igual. Pero sobre lo que ya se está brindando vamos a tratar de armonizar condiciones que den cuenta de los mayores problemas. Vamos a dar con las políticas que permitan disminuir la inequidad entre, por ejemplo, el tiempo que media entre dar el diagnóstico de un cáncer entre las diferentes provincias".
El flamante ministro de Salud, quien reemplazó al saliente Jorge Lemus, es médico graduado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA 1982).
Se recibió también en la carrera de Economía de la Salud Internacional en la Universidad de York, en Inglaterra, y es Magister en Epidemiología Clínica de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Estados Unidos).
También fue investigador de carrera del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y director de la Maestría en Efectividad Clínica de la UBA.