El dolor en el rostro de la madre de Emiliano Sala, Mercedes Taffarel, consolada por su amigo en el Nantes, Nicolas Pallois, y el de su padre, Horacio, confortado por el director técnico del Cardiff, Neil Warnock, resumieron la tristeza de la última despedida de todo un pueblo argentino al futbolista fallecido en el Canal de la Mancha.
Hubo mucha tristeza, dolor, silencios, momentos sobrecogedores en el adiós al hijo más conocido de Progreso.
La cremación en el cementerio de Santa Fe fue uno de los momentos más dolorosos para todos, con decenas de personas llorando al unísono y rompiendo en aplausos espontáneos, a los que se sumaron Warnock y el director general del club, Ken Choo.
El pueblo entero de Progreso conocía a Emiliano desde pequeño y seguía con fervor sus pasos hasta llegar a la gran promesa del fútbol europeo. Por eso algunos vecinos siguieron el viaje, casi 80 kilómetros, hasta Santa Fe.
"Emi nunca caminarás solo" rezaba una de las pancartas que se pudieron ver en Progreso, portando su infinito cariño y algunas flores, para decir adiós al jugador, humilde, apegado a sus raíces y que regresaba a su casa cuando sus compromisos se lo permitían.
Entre la multitud rota que se batió en cerrados aplausos hubo muchos niños portando la camiseta del club San Martin, con lágrimas en los ojos.
Junto al entrenador Warnok viajó el director general del Cardiff City, Ken Choo. "Lo vi a Emiliano dos veces en el transcurso de la firma (de la transferencia), y si lo conoces te das cuenta que era una gran persona, muy humilde", declaró Choo. "Hoy creo que es bueno para la familia tener un cierre, encontrar el cuerpo. Son gente muy humilde y la comunidad aquí es realmente fantástica", agregó.
Los directivos del club galés rechazaron hacer comentarios sobre la polémica aparecida en la prensa de que el pago millonario del traspaso del jugador aún no se habría concretado.
Al asistir también al velatorio en Progreso, el gobernador Miguel Lifschitz lamentó el "accidente inexplicable" ocurrido "quizás en el momento más importante" de la carrera de Sala.
"A veces el destino tiene estas cosas y lamentablemente hay que aceptarlas. Ahora es el momento del duelo. Su gente tiene todo el acompañamiento del pueblo", finalizó.
Sala se hizo mundialmente famoso cuando la avioneta en que viajaba de Francia a Gales se desvaneció sobre el Canal de la Mancha. Pasaron varios días hasta que se confirmó su muerte en un accidente sobre el que aún quedan muchas preguntas sin respuesta.
"Algo raro"
Martín Gatti, primo de Emiliano, afirmó que "hay que investigar" la caída del avión porque "hubo muchas irregularidades", y advirtió: "No lo vamos a recuperar, pero si hay responsables, que paguen".
"Algo raro hubo, lo mandaron solo en un avión con problemas, con un piloto sin experiencia. Lo tendrían que haber cuidado más si era la venta más importante del Nantes en su historia. No lo cuidaron", aseveró un apesadumbrado Gatti al hablar con la prensa.
"Es una pena este desenlace, se nos va un luchador", comentó por su parte otro integrante importante del mundo futbolístico de Sala, Nicolás Higuaín, representante de Emiliano de 2011 a 2017.
El ingreso de vecinos en el club fue incesante, muchos llevaban flores y coronas para despedir al jugador, y, tras saludar a su familia, se quedaban tomando mate afuera recordando anécdotas de la infancia del futbolista.
En las cercanías del club hubo un ambiente silencioso a pesar de la llegada de muchos medios internacionales, bajo un fuerte operativo de seguridad de la Policía de Santa Fe y de una empresa privada.╠
Daniel Ribero, presidente del club San Martín, aseguró que se le harán futuros homenajes a Sala porque "nos aferramos a las cosas lindas, nos acordarnos de Emiliano como persona".
"Cuando pase esta etapa de dolor iremos pensando a qué ponerle su nombre en el club, puede ser al polideportivo o a la cancha. Es un humilde homenaje por cómo nos ha dejado parados frente al mundo", aseveró.
El fichaje de Sala representaba el más caro de la historia del Cardiff: unos 15 millones de libras (19 millones de dólares). El jugador viajaba a la capital galesa desde Nantes tras despedirse de sus antiguos compañeros.