Buenos Aires-
El ministro de Salud bonaerense, Claudio Zin, confirmó hoy que al médico
detenido por la muerte de una joven durante una intervención quirúrgica de apendicitis,
Luis Alberto Romero Hiriart, se le halló en su “sangre alcohol y algún tipo de
psicofármacos”.
Además, Zin explicó que ayer ordenó clausurar la Clínica Magnasco, de la
localidad bonaerense de Haedo, partido de Morón, donde falleció Eliana Romero, donde se
constataron diversas “irregularidades”.
“Sabíamos lo de la traza de alcohol en la sangre desde un principio,
pero no dijimos nada porque había secreto de sumario. Había alcohol de sangre y
psicofármacos. Es más, se le encontró antidepresivos en uno de sus bolsillos”, indicó
Zin.
De esta manera, el funcionario confirmó la información de que en el
análisis de orina y sangre que se le hizo a Romero Hiriart se dedujo que el médico tomó
sedantes y alcohol antes de la operación de Romero.
En declaraciones a radio 10, Zin explicó que con estos resultados se
comprueba “el estado de torpeza e incapacidad” que tuvo Romero Hiriart cuando
intervino en la operación de la joven.
Zin recordó que el padre de la chica fue quien denunció que observó a
Romero Hiriart tambaleando cuando salía del quirófano.
Con respecto a la clausura de la clínica, Zin detalló que se encontraron
“irregularidades como la presencia de dos médicas (una de terapia intensiva y otra de
guardia general) que no tenían matrícula provincial”.
“Son irregularidades administrativas. No podemos permitir que en esa
clínica trabaje gente que no está capacitada administrativamente para ejercer una profesión
en la provincia de Buenos Aires”, añadió.
También, en el centro de salud “se encontró una serie de cambios
físicos en el quirófano que no estaban en la última inspección de agosto del año pasado, como
por ejemplo no se terminó una pared con sus azulejos correspondientes”.
Zin consideró que en la muerte de Romero hay una “cadena de
responsabilidades que comienza en los dueños y en el director médico de la clínica, ya que
tiene la obligación legal de controlar y supervisar todos los actos de los médicos que ellos
contratan”.
“Otro error fue por parte del cirujano, porque al entrar al
quirófano y ver las condiciones en la que estaba el anestesista, debería haber suspendido la
operación”, opinó Zin.
Romero Hiriart, de 58 años, está acusado de “homicidio simple con
dolo eventual” por la muerte de la joven de 18 años, estudiante de profesorado de
Historia, mientras era operada de apendicitis en la clínica Magnasco, en la que el médico
actuó como anestesista.
La investigación del caso está a cargo de la fiscal Adjunta de la Unidad
Funcional de Instrucción N4 de Morón, Valeria Courtade. (DyN)