Besarse es un acto natural que resulta clave en las relaciones humanas. Desde el contacto madre-hijo hasta la demostración cabal de amor por otra persona, el beso ha sido un aliado imprescindible en cualquier tipo de encuentro. Sin embargo, para el sexólogo marplatense Ezequiel López Peralta —actualmente radicado en Colombia— esta poderosa arma parece pasar a un plano secundario en la era del rendimiento sexual. Y si eso sucede, el erotismo también corre serios riesgos.
"Creo que estamos inmersos en una cultura donde se realza todo lo que tiene que ver con el rendimiento sexual. El hombre debe tener siempre su pene erecto, estar siempre listo, tener relaciones largas; la mujer tener muchos orgasmos, tener el deseo siempre encendido. Es como que el mandato social y cultural nos impone un rendimiento y no se habla tanto de lo que es el erotismo. Nunca a los hombres nos enseñaron a explorar el cuerpo de la mujer, o a besar, seducir o a ser más románticos. Parece que lo erótico es más reservado a lo femenino, pero en el sexo lo importante es rendir. En ese contexto, los aspectos eróticos han perdido protagonismo, y el beso particularmente. Salvo en una etapa de enamoramiento, o cuando dos personas se están conociendo, en donde de repente la parte oral es como un punto de encuentro muy fuerte y muy intenso, luego se va perdiendo bastante", se explaya en una entrevista con LaCapital.
Plantea que, ante esa situación, "las parejas buscan otro tipo de variantes entonces exploran nuevas posturas sexuales, buscan lugares diferentes, pero no bucean en variante sobre el beso. Medicamentos como el Viagra han reforzado la idea del rendimiento y de que es lo único importante. De todos modos vaticino que en 10 o 15 años van a aparecer los que denomino amantes gourmet, que lo que van a buscar es destacarse no tanto por la cantidad sino por la calidad, por el grado de creatividad, por hacer cosas innovadoras. Y en sentido el beso va a volver a tener protagonismo", explica este psicólogo y master en sexología clínica y terapia de parejas de 40 años, que acaba de participar del II Congreso Argentino de Sexología que organizaron la Federación Sexológica Argentina y la Asociación Rosarina de Educación Sexual y Sexología.
¿La pérdida del erotismo podría tener que ver con un nuevo paradigma en las relaciones, en un momento de parejas sin tanto compromiso y donde, muchas veces, se prioriza el fast sex? Al respecto, López Peralta plantea que "algo de eso puede haber. Hablando de América latina, diría que es una sociedad muy sexual pero no tan erótica. En los países digamos caribeños, como en Colombia, se nota como un furor del sexo, con un acceso fácil y el sexo percibido como un placer momentáneo, como una descarga. Y en eso el erotismo no tiene su lugar. Probablemente en el ámbito de una pareja, y con una cuestión afectiva, el erotismo tiene más relevancia. El erotismo va bastante de la mano del afecto. Porque ese sentir amor por alguien es el que a uno le da ganas de explorar, descubrir, complacer, inventar, hacer cosas diferentes. Y las relaciones menos comprometidas, con menos tolerancia, con más variantes hace que el elemento erótico se pierda".
López Peralta plantea que el beso es cultura: "Besando se conocen otras lenguas", asegura, y aporta más datos, como por ejemplo que besar reduce el stress o que a través de un beso se puede llegar a percibir —a un nivel no consciente— el grado de compatibilidad con una posible pareja. Incluso destaca que el acto de besar resulta más íntimo que la penetración en una relación sexual. Para él, un beso es el punto de encuentro de los cinco sentidos.
Con semejante importancia, López Peralta propone ir al rescate de este componente fundamental en cualquier tipo de relación. ¿Cómo? A través de talleres de entre dos y dos horas y media de duración y al cual asisten parejas ya formadas. Los ha brindado en numerosos países de América latina y hasta en España. "Las parejas conversan, se hacen masajes y después empiezan a practicar algunos tipos de besos suaves, después de tipo moderado y finalmente los intensos. La devolución es sorprendente. Lo que más sacude es la conclusión a la que llegan las parejas que están juntas durante muchos años, 20 o 30. Y eso que muchas son parejas que han explorado mucho y sexualmente abiertas. Pero casi todas siguen buscando alternativas. Lo que ocurre es como una especie de reencuentro, donde se recuperan viejas sensaciones y hasta encuentran formas de besar diferentes. El solo hecho de estar dos horas y media dedicados solamente a besarse ya es algo diferente. Porque es rarísimo que una pareja haga eso. Y es lo que los lleva a revalorizar el poder del beso y sienten que eso forma parte esencial de lo que es el erotismo. Y todo eso es muy fuerte. Hay parejas que dicen que hacía mucho tiempo que no se besaban durante tanto tiempo. Salen hirviendo de ahí en el 100 por ciento de los casos".
Enfundado en un traje gris y un sombrero que lo identifica en cada lugar que va, este sexólogo que reconoce que en Rosario están las mujeres más lindas de la Argentina dice que trabajar en la recuperación del beso "lo pongo como tarea. Creo que el mensaje es más profundo: más besos, más erotismo, más erotismo, más felicidad y menos violencia inclusive. El beso es como una herramienta para mejorar el vínculo en la pareja y para reducir los índices de violencia doméstica de género en América latina, incluyendo Argentina, que son terribles. Creo que lo vamos a salvar pero hay que trabajar mucho. Para mí esto es algo muy serio y es una misión hasta diría social. A mí esta gira que iniciaré en septiembre en Colombia me gustaría llevarla a delante en febrero del 2014 en cinco o seis ciudades de Argentina, incluyendo Rosario". Al fin y al cabo, López Peralta le da la derecha a Roberto Galán, cuando planteaba en su programa de TV aquella frase que hizo historia: "¡¡Hay que besarse más...!!".