Había atendido a todos los medios de prensa que lo requirieron. A todos los hinchas de Dodge o simplemente del TC que lo buscaron para una foto. Juan Marcos Angelini, o sólo "el Tati" como todo el mundo lo reconocía, siempre estaba bien dispuesto, siempre con una sonrisa debajo de esos lentes que usaba permanentemente, adentro y afuera del habitáculo de esa Dodge número 18 fácilmente identificable por su blanco y los apoyos de costumbre. Este año, hasta el equipo tenía su nombre: el Angelini Corven Racing. Y en Paraná, al cabo la última carrera de su vida, se lo vio más feliz que nunca. Había recuperado competitividad, había logrado llegar hasta los 3 de Ultimo Minuto, había subido a un podio después de mucho tiempo con el 2º puesto, finalizando en los escapes del Ford de Matías Rossi. Y pese a su cansancio por una jornada extenuante, en que a la mañana había ganado la serie doblegando en la largada nada menos que al local Mariano Werner, le quedaron tiempo y ganas para charlar un rato con Ovación dentro de su box, donde confesó que se ilusionaba con pelear el título.