Las autoridades cubanas elevaron a 110 el número de muertos en el accidente aéreo del viernes en La Habana, e iniciaron la identificación de las víctimas. Las autoridades confirmaron el hallazgo de una de las cajas negras y aseguraron que "todo estaba en regla" para que la nave pudiera operar.
El avión, un Boeing 737, tenía 38 años de servicio, fue fabricado en 1979 y fue contratado por la estatal Cubana de Aviación a una empresa mexicana. El Boeing 737 que se estrelló al mediodía del viernes cuando acababa de despegar desde el aeropuerto de la capital cubana, llevaba a bordo 113 pasajeros. El ministro de Transporte, Adel Yzquierdo, precisó que el accidente ocasionó la muerte de 110 personas: 99 cubanos, seis tripulantes mexicanos y cinco pasajeros extranjeros, entre ellos un matrimonio argentino. Sobrevivieron tres mujeres pasajeras, pero se encuentran "en estado crítico".
Aún se desconoce qué pudo haber causado que el avión se estrellara cuando realizaba un viraje, cayendo sobre un campo de cultivo y haciéndose pedazos.
El avión que utilizaba la estatal Cubana de Aviación era propiedad de la mexicana Damojh. Lo había contratado bajo la modalidad de "arrendamiento húmedo", régimen en el que el arrendador se hace cargo del mantenimiento y ofrece tripulación completa.
Por su parte, la fabricante estadounidense Boeing dijo que un equipo técnico "está listo para ayudar, según lo permitido por la legislación de Estados Unidos y bajo la dirección de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EEUU, a las autoridades cubanas". Fabricado en 1979, según el gobierno mexicano, el avión había superado su última revisión en noviembre de 2017.
Varios familiares de las víctimas que residían en Holguín (670 km al este de la capital) fueron trasladados a La Habana para identificar los cadáveres. En la puerta del Instituto de Medicina Legal de la capital, unos cuarenta familiares aguardaban ser llamados para pruebas de ADN. "Que me den a mi hijo que está ahí dentro", clamaba Inés González, que llegó desde Estados Unidos, donde vive, a Cuba apenas se enteró de que su hijo de 22 años, Carlos Santos, viajaba en el avión siniestrado.
Los dos argentinos fallecidos son Oscar Hugo Almarás y su mujer Dora Beatriz Cifuentes, un matrimonio que vivía en Mar del Plata. Ella trabajaba de enfermera. El se había retirado el año pasado como tesorero de un conocido banco marplatense. "Eran excelentes personas", los recordó un familiar en las redes sociales. Almarás fue tesorero de la sucursal de Citibank de avenida Luro y La Rioja, en el centro de Mar del Plata. Cifuentes se desempeñaba como enfermera en la Clínica 25 de Mayo.