La crecida del río Pilcomayo dejó caminos intransitables y seis comunidades originarias del oeste formoseño bajo toneladas de sedimento. Los desbordes del Pilcomayo afectaron a pobladores que perdieron sus casas, actualmente semisepultadas por el lodo que también convirtió en intransitables rutas de tierra, caminos vecinales y picadas en medio del monte.
Luis María De La Cruz, especialista del comportamiento del Pilcomayo y miembro de la Fundación Gran Chaco, contó que hay "una ruta provincial que se llenó más o menos de 80 centímetros de sedimentos".
"La gente perdió todo lo que tenía y producía en esa zona. Ahora están viendo cómo reorganizar sus vidas y su territorio, los animales de cría murieron casi todos, estimamos que en toda la zona afectada había más de 3.000 caprinos y ovinos", concluyó.
El diputado provincial Roberto Vizcaíno, referente de esa región distante 600 kilómetros al oeste de la capital norteña, compartió que "más allá de la desolación que uno aprecia en las zonas más afectadas y donde aún hoy el barro o sedimento permanece, las familias nos inspiran a no bajar los brazos".
En las dispersas poblaciones de los departamentos Bermejo y Ramón Lista "se perdieron, en forma definitiva más de una docena de infraestructuras equipadas, sobre todo escuelas y centros de salud, unos 40 kilómetros de redes eléctricas y unas trescientas viviendas", informó el legislador.
Vizcaíno describió que "los problemas en el río Pilcomayo son permanentes ante lo cambiante del curso. Arrastra millones de toneladas (entre 100 y 150 millones anuales) y las deposita en la zona de la embocadura —Proyecto Pantalón donde se produce la repartición de las aguas con el Paraguay— y en otras franjas de territorio formoseño".
Horacio Zambón, titular de la Unidad Provincial Coordinadora del Agua, dijo que "el Pilcomayo es considerado uno de los ríos con mayor cantidad de transporte de sedimentos en el mundo".
El ministro de Planificación, Daniel Malich, graficó que "las graves secuelas que deja esta crecida extraordinaria es justamente el depósito de toneladas de sedimento en nuestra región a partir de que las riadas van perdiendo velocidad".
"A la misma altura que el agua ingresada anegó a poblaciones, ahora se convirtió en el sedimento que uno ve en las imágenes a un metro o metro y medio sepultando las casas que se construyeron para esas comunidades originarias, templos, edificios públicos como escuelas y centros de salud", comentó.
Corrientes
Barrios anegados, centenares de autoevacuados, suspensión de clases, cortes de energía y el derrumbe de una barranca en la ciudad correntina de Goya es el resultado de las intensas lluvias que caen desde hace varios días en el sur de esa provincia, con picos de hasta 300 milímetros en algunas localidades.
Las ciudades más afectadas son, además de Goya, Curuzú Cuatiá, Santa Lucía y Lavalle, donde el agua acumulada llegaba desde los 150 hasta los 300 milímetros en los últimas 48 horas.
Las intensas precipitaciones generaron la autoevacuación de centenares de familias, la suspensión de las clases y cortes de energía y del servicio de transporte.
Además, hubo desborde de arroyos y lagunas, anegamientos de rutas y el desprendimiento de una barranca en Goya.
Los intendentes garantizaron lugares acondicionados para albergar a los vecinos afectados. El Ministerio de Educación provincial suspendió las clases "en los establecimientos educativos de todos los niveles de zonas urbanas y rurales".
Las localidades alcanzadas por esta suspensión son Goya, Santa Lucía, Lavalle, Gobernador Martínez, San Isidro, Esquina, Sauce, Perugorría, Carolina, Curuzú Cuatiá, Mocoretá y Monte Caseros.
En Curuzú Cuatiá, distante a 320 kilómetros de la Capital provincial, al menos cinco barrios se encuentran inundados y varias calles céntricas están anegadas.
Las desoladoras imágenes que llegar del lejano oeste formoseño muestran redes eléctricas, camiones y una excavadora, entre otros vehículos, atascados en medio de un metro de sedimento.
Entre Ríos: dos víctimas
Un hombre de 50 años murió tras ser arrastrado por un arroyo en medio de un fuerte temporal desatado en el departamento Federal, en el norte de Entre Ríos, mientras que su hijo, de ocho, logró salvarse en forma milagrosa.
Se trata de la segunda víctima fatal del mal tiempo en Entre Ríos en apenas cinco días.
El trágico hecho se produjo cuando Daniel Monte, de 50 años, intentaba junto a su hijo cruzar una calle de la localidad de Sauce de Luna, la cual en medio de las abundantes precipitaciones había sido invadida por las aguas del Arroyo del Medio.
Padre e hijo fueron arrastrados por la corriente, aunque el chico logró ganar a nado en forma providencial la orilla, mientras que el hombre no logró el mismo objetivo pese a sus desesperados intentos.
En las últimas horas, tras una búsqueda realizada por policías y vecinos de la zona, fue encontrado el cuerpo de Monte, una vez que se produjo un leve descenso del caudal del arroyo.
Se trata de la segunda víctima fatal del mal tiempo que impera desde hace varios días en la provincia, ya que el viernes último otro hombre falleció en circunstancias similares en la localidad de Santa Elena.
El hombre fallecido fue identificado como Lucio "Tano" Cardozo, de 46 años, que era ladrillero y su muerte se produjo el viernes último al caer a las aguas del arroyo Gómez. El mal tiempo continuó ayer en la mayor parte del territorio entrerriano.