José Luis Brown, uno de los integrantes de la Selección que se consagró campeona en el Mundial de México 1986, está muy enfermo: padece Alzheimer y no reconoce a sus familiares, según confesó su hija Florencia.
José Luis Brown, uno de los integrantes de la Selección que se consagró campeona en el Mundial de México 1986, está muy enfermo: padece Alzheimer y no reconoce a sus familiares, según confesó su hija Florencia.
Que el “Tata” Brown tiene Alzheimer no es nuevo, pero esta enfermedad degenerativa avanzó con una velocidad poco común. Internado desde desde hace meses, ya no tiene “casi ninguna conexión con el tiempo y el espacio”, confió Florencia, su única hija mujer. Pero el drama va más allá. Florencia, en un extenso relato con una radio del pueblo en el que nació su padre, Ranchos, dio precisiones del difícil momento familiar. Contó con detalles el delicado estado actual de salud del Tata y hasta acusó a la pareja de su padre de haber vendido la medalla y la camiseta que su papá usó en la final del Mundial de México frente a Alemania.
“Cuando se conoce públicamente la enfermedad de mi papá en el mundo, cuando Diego Maradona hace un escrito, Juani (su hermano) recibió un mensaje de Inglaterra de una mujer que pregunta por la salud de papá y dice ser la compradora de la medalla y de la camiseta de campeón del mundo. Le vendió la medalla y la camiseta de campeón del mundo a mi padre, ¿lo podés entender?”, disparó Florencia en una extensa entrevista con FM Grupo Tiempo Digital, de Ranchos.
Esa camiseta es, además de la 10 de Maradona, la más emblemática de aquella final. Tiene un agujero debajo del pecho que le hizo el propio Brown en medio del partido para sostener su brazo después de haber recibido un duro golpe que le sacó el hombro de lugar. “Me choca (el atacante alemán) y me pega en la articulación. Tenía un dolor insoportable. Lo miro al doctor y le digo ‘doctor, ni se le ocurra sacarme’. Me mordí la camiseta, puse el dedo adentro y seguí jugando. Pasé por un millón de cosas difíciles ¿Iba a dejar de jugar una final del mundo por un golpe en el hombro? Ni loco”, contó Brown, orgulloso, en más de una oportunidad. Así era aquella generación de guerreros conducidos por Carlos Bilardo desde el banco y por Diego Armando Maradona dentro de la cancha. Una combinación irrepetible de garra y combatividad con talento para jugar al fútbol. Pero hoy el Tata ya no se acuerda de aquellas historias: la enfermedad se robó su memoria y el proceso es irreversible.