El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, designado por el Papa Francisco para investigar el presunto encubrimiento del obispo Juan Barros al sacerdote Fernando Karadima, condenado por abusos sexuales contra niños, llegó ayer a Chile para recibir los testimonios de los afectados.
El enviado papal escuchará entre hoy y el viernes próximo "a los que han querido aportar elementos en torno a la situación de monseñor Juan Barros", confirmó ayer la Conferencia Episcopal de Chile.
Scicluna llegó desde Estados Unidos, donde el sábado se reunió en una parroquia de Nueva York con el chileno Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Karadima, para escuchar las denuncias que se hacen sobre Barros.
"Por primera vez siento que nos están oyendo", dijo tras el encuentro con el prelado. "(Scicluna) lloró conmigo cuando le contaba cosas", agregó Cruz, de profesión periodista.
Juan Barros es el obispo designado en 2015 por el Papa Francisco en la Diócesis de Osorno, en el sur de Chile, donde desde que arribó su presencia ha sido rechazada por los feligreses luego de acusaciones de haber presuntamente encubierto los delitos de Karadima, a quien la Santa Sede acusó de abuso sexual contra niños, sentenciándolo a un retiro de por vida de sus funciones.
Durante su permanencia de tres días en Chile, Scicluna se instalará en dependencias de la Nunciatura Apostólica para recibir testimonios como los del médico James Hamilton y de Juan Andrés Murillo, entre otros. Además, recibirá a los Laicos de Osorno, una organización que le demanda al Papa la renuncia de Barros. Para la entrevista personal, Scicluna pidió "expresamente a quienes han solicitado ser escuchados hacerle llegar previamente un relato por escrito que detalle los elementos que tienen interés en exponer", señaló la Conferencia Episcopal.
El obispo maltés, de 58 años, es miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe e investiga los casos de abusos sexuales dentro de la Iglesia católica.
El polémico caso del obispo Barros, de 61 años, cobró mayor relevancia después de que estuviera presente y acompañara al Papa en todas las misas que ofició en Chile, en el marco de la gira pastoral que Francisco realizó entre el 15 y el 18 de enero pasado.
En abierta defensa del controvertido sacerdote, y para molestia de las víctimas de abusos, el pontífice declaró en su paso por la nación sudamericana que el día que le trajeran pruebas iba a hablar.
"No hay una sola prueba en contra (de Barros), todo es calumnia", subrayó en esa oportunidad. Más tarde Francisco pidió disculpas por sus palabras, pero siguió mostrándose convencido de la inocencia del prelado de Osorno.