Una Nueva York congelada y blindada cerró ayer la bienvenida del año 2018 marcada por casamientos colectivos en Asia, celebraciones por la legalización de matrimonio homosexual en Australia y luces y fuegos en todos los rincones del planeta.
Una Nueva York congelada y blindada cerró ayer la bienvenida del año 2018 marcada por casamientos colectivos en Asia, celebraciones por la legalización de matrimonio homosexual en Australia y luces y fuegos en todos los rincones del planeta.
Unos dos millones de neoyorkinos y turistas, muchos con ropas de nieve, ignoraron una temperatura de 12,7 grados bajo cero y deliraron con la llegada del nuevo año en Times Square. Fue el Año Nuevo más frío desde 1917.
Tan inusual como la baja temperatura, fue el operativo de seguridad impuesto tras dos recientes ataques terroristas inspirados por el grupo Estado Islámico.
Una veintena de calles cerradas, barricadas y camiones con arena fueron el eje del dispositivo de vigilancia. Cada persona que entraba a la zona de Times Square debía pasar por dos controles policiales y no podían entrar con ningún bolso o cartera. "Prefiero que sean concienzudos a que alguien salga lastimado", decía Amanda Haager, una ingeniera de 23 años de San Diego que trabaja en Nueva York y llevaba adhesivos en las mejillas que decían "Feliz Año Nuevo".
Poco antes, 2018 fue recibido a toda música y rituales para la buena suerte y prosperidad en las playas del cálido Río de Janeiro.
Una deslumbrante pirotecnia iluminó la playa Copacabana cuyas autoridades esperaban a unos tres millones de personas para saludar al nuevo año con samba y una presentación de la cantante Anitta, que logró fama mundial con su canción "Vai malandra".
En Europa, la gente ignoró como pudo al frío y salió a saludar al año nuevo como ya había ocurrido en las islas del Pacífico, Nueva Zelanda, Australia y Asia.
Sídney fue a las 13H00 GMT la primera ciudad en entrar en 2018, con 1,5 millón de personas al borde su emblemática bahía. Una cascada arco íris de fuegos artificiales desde el puente de la bahía conmemoró la reciente legalización del matrimonio homosexual.
"Es una forma maravillosa de despedirse de 2017", declaró Clover Moore, la alcaldesa de la ciudad australiana.
Todo ello bajo un enorme dispositivo de seguridad, despuésdel ataque con coche que se produjo la semana pasada en Melbourne.
La fiesta continuó después en Asia, con un espectáculo de diez minutos en Hong Kong, celebrado incluso antes de la medianoche con estrellas fugaces lanzadas desde el rascacielos que domina Victoria Harbour.
En Yakarta, medio millón de personas se dieron el "sí, quiero" en una boda colectiva organizada por el gobierno indonesio.
Y en Dubái se sustituyeron los fuegos artificiales por un espectáculo con luces láser en Burj Khalifa, la torre más alta del mundo (828 metros), en el que se proyectaron los colores -verde, blanco, negro y rojo- de Emiratos Arabes Unidos, así como un retrato del jeque Zayed bin Sultán al Nahyan, fundador de la federación.
En Abu Dabi, el paso a 2018 se celebró con fuegos artificiales.
En Europa, la fiesta se llevó a cabo con fuertes medidas de seguridad.
En París, a pesar de la llovizna y el viento, cientos de miles de personas se reunieron en los Campos Elíseos para un espectáculo de música y luces y ver los tradicionales fuegos artificiales del Arco de Triunfo.
Se movilizaron 1.800 miembros de las fuerzas de seguridad y agentes privados en la emblemática avenida, donde los espectadores fueron registrados antes de acceder a la zona.
Cerca de 140 mil policías, gendarmes y soldados fueron movilizados en toda Francia para hacer frente a la amenaza yihadista.
En Londres, más de 100 mil personas asistieron a los fuegos artificiales desde las orillas del Támesis. Para respetar la tradición, el Big Ben dio las doce campanadas a medianoche. Pero este año hizo falta reactivar el reloj, detenido por obras. Aunque la capital británica fue blanco de cuatro atentados en 2017, Scotland Yard indicó haber movilizado a menos policías que el año anterior.
En Moscú, las principales avenidas y plazas fueron decoradas y unos fuegos artificiales iluminaron 36 edificios de la capital rusa.
En Alemania, los organizadores de la Fiesta de la San Silvestre en la puerta de Brandeburgo en Berlín previeron, en tiendas médicas de la Cruz Roja, lugares específicos para atender a mujeres víctimas de acoso sexual o que se sientan amenazadas.
La fiesta transcurrió con grandes medidas de seguridad en Turquía, bajo la sombra del trágico recuerdo de la Nochevieja de 2017, cuando un atentado dejó 39 muertos en la Discoteca Reina, la más famosa de Estambul.
Las autoridades turcas prohibieron además las concentraciones en la emblemática Plaza de Taksim, de Estambul, y en otros animados barrios.
Los dirigentes aprovecharon sus discursos de felicitación de Año Nuevo para recordar sus prioridades.