Condenan a cadena perpetua a un nazi de 90 años por crimen de guerra en Italia
En uno de los últimos procesos judiciales por crímenes de guerra durante el nazismo, la justicia
alemana condenó hoy a cadena perpetua a Josef Scheungraber, responsable de una masacre cometida por
militares alemanes contra civiles en Italia, hace 65 años. En el atroz crimen, perpetrado en junio
de 1944 en la localidad de Falzano di Cortonase, en la Toscana, fueron asesinados 14 civiles,
cuatro de ellos a tiros por la espalda y los otros diez en el interior de una casa dinamitada.
11 de agosto 2009 · 09:16hs
Múnich.- En uno de los últimos procesos judiciales por crímenes de guerra durante
el nazismo, la justicia alemana condenó hoy a cadena perpetua a Josef Scheungraber, responsable de
una masacre cometida por militares alemanes contra civiles en Italia, hace 65 años.
En el atroz crimen, perpetrado en junio de 1944 en la localidad de Falzano di Cortonase, en la
Toscana, fueron asesinados 14 civiles, cuatro de ellos a tiros por la espalda y los otros diez en
el interior de una casa dinamitada.
Los autores del crimen de guerra, está comprobado, fueron integrantes de los zapadores de
montaña del batallón 818 del Ejército alemán, que de esta manera querían vengar la muerte de dos
militares que murieron en una emboscada de partisanos de la resistencia contra la ocupación
germana.
La Audiencia de Múnich estimó esta mañana que el entonces teniente Scheungraber, que era el jefe
de aquella compañía y hoy tiene 90 años, dio aquella orden y es con ello culpable de asesinato
múltiple. El juez consideró probado que el anciano fue responsable de la muerte de al menos 10 de
esos civiles.
El fallo fue recibido con aplausos por los presentes en la sala. La Fiscalía de Múnich pedía
cadena perpetua; la defensa, por el contrario, su absolución.
Scheungraber escuchó la condena con tranquilidad y como durante todo el proceso, volvió a negar
las acusaciones.
Se trata de la segunda condena que recibe. El tribunal militar de la ciudad italiana de La
Spezia dictaminó en septiembre de 2006 que su responsabilidad en aquellos hechos estaba
fehacientemente comprobada y lo condenó en ausencia a cadena perpetua. La Justicia alemana no
extraditó al condenado, por ser ciudadano alemán, y decidió abrir una investigación propia.
El de Múnich fue un juicio complicado. Apenas quedan supervivientes entre los testigos que
vivieron los hechos hace 65 años. El tribunal debió recurrir sobre todo a documentos históricos,
documentos en papel, y a los informes de peritos.
El juicio se prolongó durante 11 meses. El acusado sólo podía asistir pocas horas a las
sesiones, que se interrumpían cada vez que el nonagenario tenía problemas con sus audífonos.
Además, el estado de salud del acusado obligó a numerosos aplazamientos.
El jubilado no habló en todo el juicio, se llamó a silencio. Hasta al final, cuando sí hizo uso
de la palabra, para expresar su indignación. “A mí, justamente a mí, que me sacrifiqué tantos
años por la así llamada patria, me hacen un juicio, a mis casi 91 años”, declaró. “Es
algo que no le deseo a nadie”.
Scheungraber vivió después de la guerra en la localidad bávara de Ottobrunn, donde llevó una
vida de ciudadano respetado. Fue dueño de una carpintería, con muchos empleados, y durante 20 años
integró la cámara parlamentaria del municipio. Fue condecorado con una medalla de honor local y fue
comandante honorífico de los bomberos voluntarios.(DPA)