La Cumbre del Clima de la ONU (COP25) comenzó ayer en Madrid con un nuevo llamado a afrontar con "mayor ambición" el momento "crítico" actual, que requiere medidas radicales a favor de la "descarbonización" de la economía para evitar llegar a una situación de peligro para la humanidad.
"¿Realmente queremos ser recordados como la generación que enterró su cabeza en la arena, mientras el planeta ardía?", preguntó el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en su discurso inaugural de la conferencia que celebra hasta el 13 de diciembre en el centro ferial IFEMA.
Guterres advirtió que sólo hay dos caminos, el de la derrota, y el otro, el de la esperanza, que es el las "soluciones sostenibles", que requiere que "los combustibles fósiles permanezcan donde deberían estar, bajo el suelo".
"La única manera de limitar la temperatura global es limitar los combustibles fósiles. Si no, acabaremos en una situación catastrófica. La juventud está instando a los líderes a que se esmeren para luchar contar la emergencia climática", remarcó el secretario general de la ONU, quien instó a los líderes mundial a actuar "con urgencia".
"Las señales no se pueden ignorar, los últimos cinco años han sido los más calientes que se hayan documentado. Hay desastres climáticos más extremos, huracanes, sequías, inundaciones, incendios, se derriten los casquetes polares. La Antártida se reduce tres veces más rápido de lo previsto", recordó.
Guterres advirtió que "el punto de no retorno está a la vista" en materia de cambio climático, al encabezar una conferencia previa al arranque de la cumbre climática mundial (COP25), que comenzó ayer en Madrid, España. La cumbre reúne a delegaciones de casi 200 países, medio centenar de jefes de Estado, gobierno y organismos multilaterales, con el objetivo de "impulsar una lucha global más ambiciosa contra la crisis climática". "Ya no es un problema a largo plazo. Los cambios climáticos están ocurriendo mucho más rápido de lo que avanza la humanidad para frenarlos, y pronto será demasiado tarde para escapar", dijo Guterres, citado por EFE.
El secretario general agregó que durante "muchas décadas la especie humana estuvo en guerra contra el planeta, que ahora contraataca". "Tenemos que dejar de agredir a la naturaleza, y la ciencia nos dice que es posible", insistió. Guterres señaló que "entiendo a la juventud cuando se manifiesta en las calles para que los gobiernos actúen ya frente a esta crisis, porque se está poniendo en riesgo su futuro".
"Mi mensaje no es de desesperación sino de esperanza para hacer frente a nuestra guerra contra la naturaleza, que tiene que parar", aseguró y recordó que los científicos plantearon la necesidad de no superar un calentamiento global por encima de 1,5 grado en este siglo para "evitar consecuencias catastróficas". "En esta COP deberían plantearse compromisos más ambiciosos y darse señales claras de que los gobiernos están dispuestos a transformar sus sistemas de producción de energía, industria, construcción y urbanismo"; retomó Guterres. Según Guterres, los gobiernos tienen que demostrar "compromisos fuertes" con la neutralidad de carbono para 2050, la reducción "dramática" de emisiones contaminantes hasta 2030 y la garantía de limitar a 1,5 la temperatura global en este siglo.
La COP25 es una cita trascendental para la lucha contra el cambio climático, ya que será la última reunión -y oportunidad- para llegar a acuerdos para activar el Acuerdo de París, el primer pacto mundial vinculante de defensa del clima, que debe estar plenamente vigente en enero de 2020. Se buscan garantías para poner el acuerdo en marcha, para alcanzar la meta de largo plazo de neutralizar las emisiones para 2050. Sin embargo, el gran desafío que plantea la lucha contra el cambio climático es que los líderes de las grandes potencias como Estados Unidos, China y Rusia no están comprometidas a actuar, y que la mayoría de los países del G20, que representan las tres cuartas partes de las emisiones globales, no presentaron planes transformadores. El responsable del grupo de expertos de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés), Hoesung Lee, advirtió en la ceremonia inaugural que "si seguimos por el camino actual corremos el peligro de que aumente la temperatura y esto tendrá un efecto y unas consecuencias terribles sobre la humanidad y amenazará nuestra existencia".