Se estima que casi cuatro millones y medio de usuarios en la Argentina, según fuentes de la
industria, utilizan softwares como LimeWire, eMule, BitTorrent o Soulseek para conseguir gratis los
discos o las canciones que le gustan. Y de esa gran cifra, al menos cien argentinos ya recibieron
una carta documento donde se los demanda e intima a pagar cifras que llegan hasta los 12
mil pesos. Es que las discográficas locales, en línea con los sellos de los Estados
Unidos decidieron perseguir a los usuarios que bajan e intercambian archivos en MP3 y hacer
que paguen por esa infracción.
¿Pero cómo se efectua la cuenta por cada demanda? Según informa el Sindicato de Autores
y Compositores (Sadaic), el daño no sólo está dado por los temas que el usuario bajó y no pagó,
sino porque los compartió: se proyecta sobre el número de temas incautados la cantidad de veces que
esos archivos podrían haber estado al alcance de otros usuarios.
En Capif se niegan a dar el número de personas que pusieron a cazar a estos "downloaders":
"Me reservo ese dato. No queremos dar la imagen de un equipo de gurkas en una habitación llena de
máquinas", aclara Javier Delupí, 33 años, el nuevo director ejecutivo de esta entidad (presidida
por el productor Afo Verde) y ex encargado de la campaña antipiratería. Delupí y su equipo se
convencen de que el crecimiento del downloading en el país, como ocurrió en el mundo, está
directamente relacionado con la proliferación del wi-fi y la banda ancha a precio popular.