Charles Manson, mentor de la banda The Family y asesino Sharon Tate, por
entonces esposa del cineasta Roman Polansky, lanzó su segundo disco que se titula One Mind. Es el
segundo disco que produce Manson, quien se ha transformado en el convicto más famoso de los Estados
Unidos.
La ambición de ser músico sigue siendo capital para Manson; hace unos días,
siguiendo el ejemplo de Radiohead, desde esa misma celda que ocupa hace cuatro décadas y a los 74
años de edad, colgó su nueva obra en Internet: One Mind, una colección de 16 cortes musicalizados
con su guitarra desafinada.
El sencillo de esta producción puede descargarse gratis en www.limewire.org; hay
versión cruda y versión políticamente correcta, y el CD, que viene pintado por él mismo (otro
talento del que tampoco se priva), se vende en www.familyjams.com.
En el disco, según Manson, hay "canciones, rap, conversaciones y trans-poetry",
aunque en realidad el resultado es una maraña que campea entre la autoayuda, la reflexión
cienciológica y el absoluto absurdo.
La canción Angel's fear to tread empieza así: "Ésta es una canción sobre algo en
lo que todavía ni he pensado". Si siente usted el impulso de comprar esta obra, deténgase un
momento y piense en el horrible asesinato de Sharon Tate; después haga lo que le dicte su
conciencia.
Lo primero que hizo entonces fue coger un ómnibus a San Francisco y ahí,
parapetado detrás de su guitarra desafinada, se integró en una comuna y en unos cuantos días, a
fuerza de canciones y discursos cienciológicos salpicados de budismo y autoayuda, se convirtió en
el líder de una pandilla de hippies desastrosos que escuchaban con devoción su discurso mesiánico y
aceptaban, ciegos de fe, las dosis de LSD que Manson, con el objetivo de reforzar su mesianismo,
repartía entre su tribu.
Meses más tarde, Manson ya había formado su propia comuna y había conseguido un
autobús en el que viajaban todos recorriendo California, con una economía fundamentada en el atraco
y en el chanchullo, dándole vuelo a una altísima espiritualidad de túnicas largas y ojos en blanco,
con sus dos inspiraciones: el ácido lisérgico y las canciones de su gurú.
De aquella tribu errante nació The Family, la banda que segaría la vida y la
descendencia de Sharon Tate, la noche del 9 de agosto de 1969. Desde entonces Charles Manson cumple
una condena de cadena perpetua en la prisión estatal de Corcoran, California.
Es el preso que más correo recibe en Estados Unidos, tiene su página web
(www.charliemanson.com) y una inconcebible legión de fans, y bandas como Guns N'Roses han
coqueteado con la idea de interpretar sus canciones con tanta convicción que una de estas, Look at
your game girl, aparece en un track oculto en el álbum The Spaghetti Incident, que apareció en
1993. A partir de entonces, no se sabe si por casualidad o por justicia divina, Guns N'Roses entró
en una decadencia de la que hasta hoy no ha podido salir.
En 1967, a los 33 años, Charles Manson salió de la cárcel con el proyecto de
convertirse en músico de rock, concretamente en el quinto Beatle. Aquella temporada en la prisión
era la última de una larga serie que había comenzado cuando tenía nueve años de edad y fue
condenado a tres por robo a mano armada.
Su siguiente ingreso en la cárcel, en 1969, ya lo hizo como el asesino más
famoso de su tiempo, como el líder espiritual de The Family, una secta de perturbados que
irrumpieron en la escena mundial la noche en que asesinaron a la actriz Sharon Tate, que entonces
era la mujer de Roman Polanski y estaba embarazada de ocho meses.
La escena del crimen en el salón de la casa que estaba en el número 10050 de la
calle Cielo Drive, en Los Ángeles, pegó directamente en la obra de The Beatles y en el corazón de
sus fanáticos: como punto final de aquel crimen horrendo, los enviados de Manson escribieron en la
pared las palabras Helter Skelter con la sangre derramada de su víctima.
Durante aquella temporada en prisión, la penúltima que terminó en 1967, Charles
Manson cultivó tres obsesiones que serían la base teórica de su clímax criminal: la cienciología,
el budismo y la obra de los Beatles (él mismo ha venido sosteniendo hasta la fecha, sin asomo de la
menor autocrítica, que de haber tenido la oportunidad, hubiera sido mucho mejor que los cuatro de
Liverpool).
"Sé que no podré adaptarme al mundo después de pasar toda mi vida encerrado en
una celda donde mi mente puede viajar con libertad. Estoy bien aquí dentro, haciendo mis caminatas
en el jardín y tocando mi guitarra", le dijo Manson al director de la prisión cuando salió por
última vez.