El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 del partido bonaerense de San Isidro realizará esta mañana la audiencia preliminar de ofrecimiento de prueba de lo que será el tercer juicio oral por el crimen de María Marta García Belsunce, cometido en 2002 en el Country Carmel de Pilar, y que tendrá en el banquillo de los acusados al ex vecino Nicolás Pachelo y dos ex vigiladores, informaron ayer fuentes judiciales.
La audiencia está programada para las 10 en los tribunales de San Isidro, ubicados en la calle Ituzaingó 340.
El juicio aún no tiene fijada fecha, pero podría iniciarse a fin de año o posponerse para principios del año próximo. Los jueces que estarán a cargo del debate son dos de los magistrados naturales del TOC 4, Osvaldo Rossi y Federico Ecke, pero como su tercer miembro, Hernán San Martín, se excusó porque en 2007 participó del primer juicio donde el viudo Carlos Carrascosa, de 74 años, terminó condenado por encubrimiento, el tribunal se completará con Alberto Gaich, del TOC 5.
En la audiencia de hoy, las partes -fiscalía y defensas-, se juntarán por primera vez con los jueces para hacer planteos preliminares y presentar la prueba que necesitan para la realización del juicio, como la lista de testigos.
Uno de los puntos que deberán definirse a partir de hoy es si dentro del mismo debate por el caso García Belsunce, Pachelo y dos golfistas son juzgados además por los robos cometidos en 2018 en el Country Tortugas, tal como solicitaron los fiscales de Pilar, que estarán al frente de la acusación, María Inés Domínguez y Andrés Quintana.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que la idea del tribunal es que esa causa que actualmente mantiene detenido a Pachelo quizás se pueda resolver en un debate aparte con un solo juez, que podría ser San Martín y donde incluso el imputado podría abreviar y acordar una pena con la fiscalía, en caso de que así lo proponga su defensa a cargo del abogado Roberto Ribas.
Otra de las cuestiones preliminares que debe definir el tribunal es si Carrascosa, quien estuvo siete años preso por el caso como coautor del homicidio pero desde 2016 se encuentra absuelto por el Tribunal de Casación bonaerense, puede participar en este juicio como testigo y particular damnificado.
La absolución de Carrascosa fue apelada en abril por la Procuración bonaerense con un recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El abogado Ribas había planteado una nulidad argumentando que era contradictorio que su cliente vaya a juicio por un crimen en el que el viudo Carrascosa todavía no tenía su absolución firme, aunque su planteo fue rechazado por el juez de Garantías 1 de San Isidro, Ricardo Costa. Otros testigos que serán ofrecidos por la fiscalía y el abogado Gustavo Hechem del particular damnificado, y son clave para acusar a Pachelo, son algunos familiares que en el segundo juicio por el caso, realizado en 2011, fueron condenados por encubrimiento como el hermano de María Marta, Horacio García Belsunce (h), y el medio hermano, John Hurtig. Los imputados de este tercer juicio serán Pachelo (43) y los ex vigiladores Norberto Glennon (54) y José Ramón Alejandro Ortiz (42). En su requerimiento de elevación a juicio, los fiscales Domínguez y Quintana los acusaron de "robo agravado por haberse cometido mediante el uso de arma de fuego -apta para el disparo- en concurso real con homicidio criminis causae agravado por el uso de arma de fuego".
La hipótesis de los nuevos fiscales, que desde 2017 hicieron una revisión de toda la investigación, es que Pachelo, Ortiz y Glennon asesinaron a García Belsunce cuando ella regresó a la casa y los sorprendió robando un cofre metálico que pertenecía a la asociación Damas del Pilar, de la que María Marta era vicepresidenta, y que contenía dinero, chequeras y la llave de una caja de seguridad.
La socióloga García Belsunce (50) fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su chalet del country Carmel de Pilar, con su cuerpo semisumergido en la bañera y su marido declaró siempre que él pensó que había sufrido un "accidente" y se había golpeado la cabeza con una viga y las canillas. La autopsia practicada a 36 días del hecho comprobó que había sido asesinada de seis balazos en el cráneo, cinco de los cuales penetraron en el cráneo y el sexto le rebotó, con un arma calibre .32 largo que nunca apareció.