Al menos diez personas murieron, dos de ellas de nacionalidad británica, mientras que un niño seguía desaparecido ayer por fuertes inundaciones en la turística isla española de Mallorca, que dejaron escenas de devastación.
Al menos diez personas murieron, dos de ellas de nacionalidad británica, mientras que un niño seguía desaparecido ayer por fuertes inundaciones en la turística isla española de Mallorca, que dejaron escenas de devastación.
"Se eleva a diez el número de víctimas mortales a causa de las intensas lluvias de ayer", tuitearon hacia las 15H00 GMT los servicios de emergencia del archipiélago de Baleares, que incluye a Mallorca.
"Sólo queda una persona desaparecida, un niño", agregaron los servicios, que emitieron sus mensajes en catalán balear, castellano, inglés y alemán, en esta turística isla en la que viven muchos extranjeros.
Montañas de vehículos apilados, arrastrados por la corriente, casas tapiadas por el lodo, muebles y puertas rotos en las calles, sombrillas de playa flotando en el mar, carreteras cortadas...
Fotos e imágenes de la agencia de noticias francesa AFP y de medios locales mostraban los graves daños causados por las aguas.
La localidad más afectada, Sant Llorenç des Cardassar, se encuentra a unos 60 kilómetros al este de Palma de Mallorca, la capital de esta isla del Mediterráneo.
De los diez fallecidos dos eran ciudadanos británicos, confirmó en un comunicado una portavoz de la Foreign Office.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, visitó ayer las zonas afectadas, desde donde garantizó que el Estado "va a volcar recursos económicos para que los residentes puedan recuperar su día a día en unas circunstancias tan difíciles".
Un vecino de Sant Llorenç, Manuel Torrescusa, narró al Diario de Mallorca que debió salir de su vehículo cuando este fue arrastrado por la riada. "Salí del coche por la ventana y nadé 500 metros por el torrente para salvar la vida", señaló.
"Los coches pasaban (en la corriente) como si fueran papel. Se llevaban los coches, mi propio coche, yo lo vi cómo se iba, como si fuera un papel", narró un hombre identificado sólo como Adam a la radio Cadena SER.