Ayer se celebró el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, una fecha clave que ayuda a conmemorar, en particular, la lucha del movimiento feminista por la conquista de derechos. En este contexto tan inédito y doloroso de pandemia, este día toma un significado muy especial.
Hoy la sociedad se encuentra discutiendo sobre la salud y sus cuidados, porque el contexto lo requiere y porque parece fácilmente identificable el enemigo que hay que combatir. Pero no todos hablamos el mismo idioma debido a que no todos accedemos a la salud del mismo modo y en igualdad de condiciones.
El agua, la alimentación, las condiciones de higiene son fundamentales para preservar la salud. Por lo tanto, este concepto nos lleva mas allá. Nos lleva a otra complejidad. No podemos hablar de salud sin identificar las múltiples desigualdades sociales y falta de oportunidades por la sola pertenencia a un sector social, una etnia o un género determinado.
Si abordamos la salud desde un lugar meramente biologista que no interactúa con los contextos sociales y culturales, tendemos a un análisis simplista de la realidad en donde “mujer” es igual a “madre”. Aquí yace y se esconde un sistema de poder perverso que implica una violencia instrumental que busca la dominación de los cuerpos femeninos.
Un 28 de mayo de 2005 la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito salía por primera vez a las calles con identidad propia. Hoy la Campaña cumple 15 años y ha hecho historia dejando muchas conquistas que, englobadas en la consigna de educación para decidir, anticonceptivo para no abortar, aborto legal para no morir, marcan el camino para una sociedad más justa.
Desde sus inicios, la campaña presenta al Congreso de la Nación un proyecto de ley que despenalice y legalice el aborto. En el 2018 se marcó un hito indiscutible en esta injusta historia. El Congreso decidió por primera vez tratar el tema y millones de jóvenes salieron a las calles a respaldar el proyecto de ley. Pero después de obtener la media sanción en Diputados, se rechazó el proyecto dejando sin solución a un problema que la sociedad a viva voz dejó planteado. La campaña se repuso a este duro golpe y retomando los aprendizajes que dejó el proceso y volviendo a apostar por la vía legislativa, el 28 de mayo de 2019 volvió a presentar su proyecto.
Al asumir, el presidente Alberto Fernández presentó la decidida voluntad de afrontar la problemática del aborto en el país, dando respuestas que quedaron sin resolverse en 2018. El presidente, junto a su grupo de asesores, se propusieron redactar y presentar ante el Congreso su propio proyecto para despenalizar y legalizar el aborto. Este no es el proyecto de la Campaña, pero busca el mismo objetivo. Todavía no conocemos los detalles, pero tal vez plantee una nueva estrategia política que ayude a superar los obstáculos que el proyecto anterior no pudo. O tal vez sea simplemente otra oportunidad que tiene el Congreso y la sociedad para darse el debate.
Esta vez, sin la gente en las calles porque el contexto lo requiere, pero con una sociedad que ya maduró el tema y está en mejores condiciones para darse este debate. No permitiremos que hagan oídos sordos al clamor de este movimiento social.
Esperaremos que nuestros dirigentes puedan estar a la altura de los tiempos que se están viviendo, dando respuestas contundentes a las problemáticas de salud, interpretando estas desde una mirada compleja y atendiendo a las desigualdades.