Vecinos y militantes de agrupaciones feministas y contra la violencia de género salieron este miércoles a la calle a pedir Justicia en la localidad neuquina de Villa La Angostura, tras el femicidio de una joven de 20 años que había denunciado por amenazas al menos en tres ocasiones a su ex pareja y atacante.
Frente a la fiscalía, los manifestantes reclamaron la renuncia al fiscal de la causa, Adrián de Lillo, quien salió de su despacho junto a su superior, Fernando Rubio; ambos enfrentaron a los reclamantes y terminaron abucheados.
Guadalupe Curual, madre de una beba, fue asesinada a puñaladas por su expareja, quien la corrió en pleno centro de Villa La Angostura hasta alcanzarla y atacarla frente a turistas que paseaban por la zona.
El asesino tenía una restricción de acercamiento a la víctima, quien lo había denunciado por violencia de género.
femicidio angostura 01.jpg
Según reconstruyeron los últimos minutos, Guadalupe estacionó su auto frente a la estación de bomberos con intención de ir a un cajero automático del Banco Provincia de Neuquén, ubicado sobre el bulevar Nahuel Huapi. Se bajó y dejó a su beba en la sillita, en el asiento trasero.
Al salir se encontró con Bautista Quintriqueo, de 33, el padre de la pequeña hija de un año con el que en los últimos meses se habían sucedido los problemas, las amenazas, las denuncias. En las últimas 48 horas él le había dicho: “Sos mía o de nadie”, según una amiga de Guadalupe.
Guadalupe empezó a correr, buscó un lugar más concurrido que ayude a aplacar la ira del perseguidor. En 100 metros de carrera y desesperación, sus gritos no alcanzaron. La gente que miraba tampoco. Quintriqueo la alcanzó llegando a la estación YPF del ACA, punto característico de la ciudad. Apenas ella saltó un par de escalones, el atacante la alcanzó, se le puso de frente y la mató de una puñalada certera en el pecho.
femicidio angostura 02.jpg
Guadalupe quedó tendida allí, herida de muerte. Quintriqueo comenzó su huida, hizo media cuadra, sobre la avenida Siete Lagos que lleva a la terminal de colectivos donde finalmente fue detenido por policías. Forcejeó e hirió a uno de ellos con el arma blanca con la que había asesinado a Guadalupe.
Valeria Navarro, hermana de la mejor amiga de Guadalupe, dijo que ésta y Quintriqueo fueron pareja hasta hace un mes cuando ella decidió separarse por la violencia que el hombre ejercía sobre ella.
“Desde que se separó, él no paraba de hostigarla. Tenía seis denuncias por amenazas y una perimetral”, sostuvo Navarro.
La joven afirmó que “la burocracia del sistema nos deja sin Guadalupe y una mujer menos cada 24 horas. La lucha sigue y la memoria de ‘Guada’ la honraremos en cada movilización de pedido de justicia”.
Valeria añadió que “si bien los fiscales niegan tres de esas denuncias, ella no paró nunca de hacerlas porque la situación era cada vez más violenta con este asesino”.
Agregó que él en las últimas semanas éste “estaba en Villa Traful, a 80 kilómetros de La Angostura, y le había dicho que cuando regresara la iba a matar, que si no era de él no iba a ser de nadie”.
Señaló que “las últimas 48 horas” de vida de Guadalupe “fueron el relato claro de lo que iba a suceder, y ella se abrazó mucho a sus amigos después de tantas denuncias y teniendo la perimetral. Lamentablemente las instituciones no respondieron al pedido de ayuda y a socorrerla y hoy tenemos que lamentar que ella no esté y su hija no tenga a su mamá”, concluyó.
Guadalupe Curual había nacido el 29 de junio de 2000. Vivía relativamente lejos de los suyos: su papá y su hermano habitan en las cercanías de Bariloche mientras su mamá está radicada en Chile. Trabajaba en la panadería La Fuxia, ubicada en pleno centro de la localidad, que pertenece a la familia de su mejor amiga, Lucía Navarro. Lucía, desde hace cuatro meses, cuidaba a la bebé de Guadalupe, a quien le había propuesto irse a vivir con ella debido a las reiteradas amenazas y hostigamiento que sufría por parte de Quintriqueo.
El femicida estaba ayer internado en el hospital de la localidad con una lesión superficial en el cuello y otros cortes en el tórax. La hija de la víctima quedó bajo la custodia de sus abuelos maternos.