El pasado mes de Diciembre ingresó al Congreso Nacional un proyecto de ley impulsado por el Senador oficialista Oscar Parrilli, que busca que la compañía Energía Argentina Sociedad Anónima (ENARSA, ex IEASA) se pueda involucrar en el negocio del litio, del hidrógeno, de los desarrollos hidroeléctricos y en todo tipo de proyectos con energías renovables.
El proyecto comenzó a debatirse en una reunión de la Comisión de Energía y Combustibles de la Cámara Alta, y en las próximas semanas se invitará a especialistas en la materia y gobernadores de provincias en las que existan esos recursos naturales energéticos, para profundizar en el debate.
El objetivo del proyecto es ampliar el ámbito de intervención de ENARSA, ya que de ser aprobado la empresa tendrá la potestad de adquirir concesiones y celebrar contratos de explotación con las autoridades mineras competentes para el emplazamiento de proyectos de extracción de litio. En síntesis, la compañía podrá “ejecutar proyectos y obras para la extracción, industrialización y comercialización de litio en salares y minas; tendrá la facultad de realizar la prospección, exploración, explotación, desarrollo, preparación y extracción de sustancias minerales comprendidas en el Código de Minería e incluso podrá desarrollar y fabricar tecnologías para la generación de hidrógeno, e involucrarse en proyectos hidroeléctricos.
Por otro lado, el proyecto contempla que la empresa estatal “tenga prioridad para la adquisición de concesiones para el aprovechamiento de centrales térmicas e hidroeléctricas, operación y comercialización de la energía eléctrica” y que no se puedan enajenar los activos de su propiedad sino es por autorización expresa del Congreso Nacional.
Aquellos legisladores que apuestan por esta modificación de las facultades de la entidad estatal argumentan que traerá beneficios para la soberanía energética de nuestro país. Para Parrilli, esta ley evitará “la venta indiscriminada, el vaciamiento premeditado y la realización de negocios a espaldas de los argentinos”.
Sin embargo, hay sectores de la oposición, principalmente de Juntos por el Cambio, que manifestaron sus inquietudes frente al proyecto presentado, en especial en lo relacionado al litio y su carencia de reglamentación. Por otra parte, ciertos gobiernos provinciales ven con preocupación la intervención del Estado Nacional en sus recursos, que según la Constitución Nacional (artículo 124), ostentan el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio en cuanto a su uso y poder de decisión.
Analizando ambas posturas, es evidente que existe un gran desacuerdo ideológico difícil de armonizar respecto a cómo se debería encarar la política energética de Argentina. El mundo se encuentra en un momento clave para repensar la matriz energética de los países, promoviendo una transición sostenida hacia energías renovables y sustentables ambientalmente.
En Argentina, el principal abastecimiento de energía proviene de los hidrocarburos. Este año, se anunció un aumento considerable de la importación de gas, ya que el titular de ENARSA, Agustín Gerez, confirmó insumos de gas importado por barcos por más de 4.000 millones de dólares; lo cual es doblemente contraproducente teniendo en cuenta el contexto mundial de guerra, que produjo que los precios sufrieran alzas muy significativas.
En este marco, es imperioso seguir las tendencias globales y aumentar el protagonismo de energías alternativas en la matriz energética de la Argentina. Para ello, es necesario llegar a un acuerdo entre los distintos sectores políticos y económicos, es decir, buscar una salida inteligente, que beneficie a la mayor cantidad de actores posible y que no desincentive la inversión del sector privado, el cual podría traer grandes mejoras en la materia. A su vez, la situación requiere que se entable un diálogo estable con los gobiernos provinciales, quienes deberían ser decisivos en cuanto a la gestión de sus recursos y la producción de energías renovables.
Potenciar una Argentina sustentable y redefinir la política energética no es tarea de una empresa estatal en particular, sino que requiere del trabajo conjunto de los sectores público y privado. Si la situación no cuenta con el consenso y la apertura suficiente, no se podrán lograr cambios significativos.
Hidrógeno verde, un mercado en auge hacia la descarbonización
El hidrógeno es el elemento químico más abundante en el planeta, pero presenta un único problema, no existe naturalmente por sí solo; solo podemos encontrarlo ligado a otros elementos, como el agua o hidrocarburos.
Para crear hidrógeno y transformarlo a un formato útil se requiere de energía, y esa energía no proviene necesariamente de fuentes renovables. Actualmente, el consumo mundial de hidrógeno ronda las 75 millones de toneladas al año, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA); sin embargo, la mayoría proviene de combustibles fósiles, como el gas natural, generando grandes emisiones de gases de efecto invernadero. Este hidrógeno, producido a través de fuentes no renovables, se conoce como “hidrógeno gris”.
El “hidrógeno verde” es aquel que proviene 100% de energías renovables y se produce a partir de agua, en un proceso de electrólisis. Ambos factores, energía y agua, se combinan para generar la descomposición de las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2).
El Hidrógeno, al ser una molécula que puede almacenar energía de forma eficiente y posee una alta densidad energética, puede convertirse en un vector energético y ser utilizado como combustible para distintos usos, desde calefacción hasta el funcionamiento de motores de automóviles.
La clave del hidrógeno verde es que al quemarse genera energía en forma de calor y solo deja tras de sí vapor de agua como subproducto, en lugar de los gases de efecto invernadero que provienen de los combustibles fósiles.
Este llamado " hidrógeno verde" está generando un gran entusiasmo como la "energía del futuro" y es la pieza que falta en el rompecabezas de la descarbonización. En todo el mundo, los gobiernos han anunciado estrategias de producción de hidrógeno, y numerosas empresas automovilísticas y de producción de combustibles están invirtiendo en esta nueva alternativa.
En Argentina, la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) publicó el informe “Oportunidades de desarrollo de hidrogeno verde en Argentina y su contribución a la aceleración de la transición energética”, con el objetivo de destacar el poder de esta tecnología para la descarbonizacion de multiples sectores de la economia, garantizar la seguridad del suministro a largo plazo y la competitividad economica Argentina.
Los éxitos recientes de las tecnologías de energía renovable y vehículos eléctricos, han demostrado que la política y la innovación tecnológica tienen el poder de construir industrias globales de energía limpia y responsable con el ambiente.
Ante la crisis ambiental que atraviesa el mundo, ha llegado el momento de aprovechar el potencial de nuevas alternativas que promuevan la tan buscada transición energética y el hidrógeno verde se presenta como una oportunidad para abordar los desafíos energéticos a los cuales nos enfrentamos.