Una casa implantada en el borde de un campo de golf. Dos volúmenes de hormigón y
vidrio, articulados por un patio interior. En la intersección de estos volúmenes, cuatro columnas
(una en cada vértice de esa superposición) sostienen las vigas invertidas que bordean la última
losa que techa la vivienda. De las vigas cuelgan tensores que sujetan la losa sobre planta baja y
permiten que ésta quede suspendida, originando voladizos de grandes luces. La estructura está
asentada sobre pilotes que fundan a 6 metros de profundidad debido a un suelo arcilloso.
Dos plantas desplazadas conectadas por dos escaleras, una en cada intersección, y
un ascensor.
Dos miradas, una hacia el patio interior en planta baja donde se ubican los
dormitorios y el sector de spa, busca una zona de intimidad y reparo, la otra en planta alta, donde
se desarrolla la vida social, se abre hacia el campo de golf y utiliza de expansión la losa sobre
planta baja.
Dos situaciones contrapuestas conviven en esta vivienda, la apertura, para poder
visualizar el campo de golf, y que brinda privacidad a sus ocupantes.
El planteo se apropia de las lomas del paisaje y las incorpora al terreno,
protegiendo algunos sectores de la casa de las visuales exteriores y generando accesos a la planta
superior a través de terrazas.
Dos posibilidades de accesos permiten arribar a la vivienda. La llegada vehicular
se produce recorriendo un camino sinuoso a través de un pequeño bosque. En su inicio, la topografía
y la forestación impiden ver claramente la casa, que empieza a aparecer en el último tramo de la
calle interior. Ese recorrido prolonga el tiempo y espacio de llegada a la vivienda, dándole
jerarquía al ingreso. El acceso peatonal se produce subiendo una loma que conduce al ingreso
principal en planta alta. Durante el ascenso, puede visualizarse el golf y asomarse al patio
interior.
El patio interior le da sentido al proyecto y encuentra sus límites en las fachadas
de planta baja, la galería que aparece definiendo el perímetro de la planta alta, las lomas y la
pileta. La piscina exterior, un prisma rectangular de hormigón que se encastra en una de las lomas,
apoyándose sobre el nivel del patio interior y elevándose 2 metros. En una de sus caras, se recorta
un paño fijo de vidrio transparente que permite ver el agua y a su vez actúa como desborde
produciendo una especie de cascada que cae en un estanque brindando sonido y frescura al patio
interior.
A diferencia de los planteos compactos, donde la relación entre interior y exterior
se evidencia claramente, en este planteo surgen distintas situaciones con diferentes escalas y
calidades espaciales, la relación entre interior y exterior va variando según en el lugar de la
casa donde se encuentre.
La disposición de los volúmenes y la relación de éstos con las lomas, el patio y
las terrazas, genera múltiples recorridos. Y dos miradas.