"La creación es el acto más difícil de explicar, el más tirano, divertido y solitario", dijo Yusa, la cantante cubana que se presenta el miércoles, a las 22, en Mano a Mano (Ovidio Lagos 790). Ex bajista de la banda de Santiago Feliú, la sutil cantautora, que admite ser fan de la música argentina (ver aparte) expresó su mirada sobre arte y política: "Todos tenemos una postura política y la mía va con los valores humanos de respeto y desarrollo, sin subestimar jamás a nadie".
-En tus comienzos fuiste bajista de Santiago Feliú, heredero de la Nueva Trova Cubana. ¿Cuál es tu vínculo con el movimiento que encabezaron Silvio Rodríguez y Pablo Milanés?
-Soy de una generación que estuvo muy marcada por el movimiento de la Nueva Trova que tuvo su auge en los años 80, época en que yo estaba definiendo mis gustos en sentido general. Por suerte la vida conspiró a favor para que yo tuviera el honor de compartir música con los tres en algún momento de mi vida. Para mi fue maravilloso el estar en Argentina y coincidir con Silvio que estaba girando por América del sur. Hacía mucho tiempo que no lo veía en vivo y esta vez no sólo lo hice sino que hasta fui invitada a tocar junto a mi amigo Santiago Feliú ( quien es una de mis mayores influencias) y Oliver Valdés (músico de la banda de Silvio y uno de mis mejores amigos) en su recital de Rosario. Qué mejor vinculo que ese? Otro lujo que me da la vida.
-¿Te sentís una heredera ideológica de esa tradición?
-Para una persona que se dedica a la música como yo es natural que haya mucho de mí de este tipo de movimiento, que fue muy fuerte en todo el mundo desde los años 70. Esto fue una ideología compartida, donde había artistas que venían con un discurso renovador y revolucionario en todos los géneros, como la salsa por ejemplo. ¿A quién no lo gusta ser rebelde en tiempos donde el pronunciamiento producía tantos cambios y euforia en la gente? Como sucedía en Brasil, en Inglaterra, en Argentina. Pero hay un detalle y es que tomé la parte mas adulta de ese movimiento, mientras fueron sucediendo cambios en las necesidades de la gente, pues los contextos históricos eran otros. Con esos tiempos vinieron otras tendencias que hoy forman parte de lo que soy.
-Tu tema "Tomando el centro" es una crítica a la modernidad "que te usa como pieza de vestir". ¿Opinás que todo tiempo pasado fue mejor?
-¡Jamás! Toda época es importante y te aporta un don. Solo que hay que tener cuidado, pues en las sociedades crecientes las necesidades también son siempre crecientes, y uno no puede mantenerse al margen de lo nuevo que se impone como moda, pues eso también es desarrollo. Lo que pasa es que cada cual tiene una historia propia que contar. La mía, como tuvo tantas alegrías mientras otros bien cercanos a mi no corrían la misma suerte, tiene la responsabilidad de usar lo mejor posible las herramientas que nos dan para la vida. Justamente en esa misma canción insto a las personas a que le den rienda suelta a sus ideas "y dale rueda, rueda, rueda a las ideas que tienen luz roja en la cabeza", o sea los tabúes y prejuicios que en un momento se vuelven culturales y se arraigan genéticamente y de los cuales a veces es difícil escapar. No hay presente sin pasado.
-¿En qué hace falta más ideas, en la cultura, en la política o en la música, que es tu área?
-Voy respondiendo como si fuera leyendo una novela. Ideas siempre hay y muchas pero no todas llegan a buen destino, algunas ni siquiera llegan a ser escuchadas. La música es una herramienta muy útil para expresar ideas que uno tiene y que a veces coinciden con las de una mayoría. Incluso no es algo que premeditas. Ese pensamiento incluye cualquier rama de la vida. Las ideas son nuestras palabras, nuestras costumbres, nuestras contradicciones, temores, alegrías, desilusiones. En fin, son una gama de cosas que nos hacen vivir en sociedad. Todo es mejorable y hay una necesidad de abrir el diálogo en armonía hasta llegar a la acción que va a hacer lo más sano para todos. Sobre todo para uno mismo.
-"Mínimum" demuestra tu influencia afro-cubana y "Cuestión de ángulo" tu veta rioplatense. ¿Por qué optaste por ambas bases rítmicas en esos temas?
-Me da mucha ternura cuando hacen análisis de mis canciones. Sobre todo cuando fueron temas hechos en contextos tan peculiares. El caso de "Mínimum" fue un momento en que necesitaba sacarme del cuerpo el malestar que dejan ciertas heridas del corazón. No tuve ninguna intención de nada. En "Cuestión de ángulo" conjugo varios elementos rítmicos y géneros como el danzón, la música afrocubana, el son y la nueva trova, además del juego de palabras que alude a una situación teatral. Es totalmente lúdico. Son mis juegos naturales, no hay nada premeditado. La creación es el acto más difícil de explicar, el más tirano, divertido y solitario. Tiene misterios que ni los que hacemos canciones podemos develar.
-¿Qué vínculo tenés con la política cubana? ¿Te sentís como una cantante del sistema o preferís hacer tu camino artístico lejos de la política?
-Yo soy nacida en Cuba y además una artista que hizo su carrera fuera y dentro de la isla. Comencé a viajar el mundo a los 18 años y nunca más paré de hacerlo. Pasé de graduarme a tomar un avión, casi no tuve tiempo de procesarlo. Soy de las que no se regodea en los logros. Esos ya están. Yo siempre me pregunto. ¿Por qué no hablamos de lo demás, que es tanto o más que lo logrado? Nunca he tenido que hacer concesiones con nada y por otra parte no veo que exista la apolítica. Todos tenemos una postura política y la mía va con los valores humanos de respeto y desarrollo sin subestimar jamás a nadie. Como cubana ese es mi camino, que espero que sea el de todos los países, principalmente el mío que me vio nacer a través de la música, que hasta hoy me ha demostrado ser la mejor embajadora de la cultura.
Flechada por la música argentina
“Vivo”, el reciente material de Yusa, tiene la participación de Verónica Condomí, en bombo legüero y voz en “Tanto de mí”, y de “Raly Barrionuevo”, en guitarra y voz en “Niña Luna”. La cantante cubana explicó que no es casual el sello argentino en sus canciones. “Estoy flechada por la música argentina, como si cupido me hubiese elegido. Mi discoteca personal argentina es muy amplia; me gusta mucho la agrupación Puente Celeste, el dúo Orozco-Barrientos, Aca Seca trío, el Cuchi Leguizamón y lo que yo llamaría como la Divina Trinidad: Charly García, Luis Alberto Spinetta y Mercedes Sosa, mis ídolos de la adolescencia, de la etapa adulta y si la vida me lo permite, serán también los de mi vejez y los de mi familia”.