
Sábado 07 de Agosto de 2010
Arcade Fire lanzó su esperado tercer disco, “The Suburbs”. Tras los
exitosos “Neon Blible” (2007) y el debutante “Funeral” (2006), a la banda
de rock canadiense no le será fácil colmar las expectativas de los fans. Hubo un público que cayó
rendido a esos finales in crescendo y a la intensidad de su música con sus oscuros arreglos de
acordeón, violín y clavecines que hasta supieron seducir al mismísimo David Bowie.
Régine Chassagne (33 años, canadiense de padres haitianos) es la esposa
de Win Butler, el líder del grupo. Esta multiinstrumentista canta, toca el piano, el acordeón y lo
que la canción pida. “Todo empezó porque Win recibió un email con una fotografía de un amigo,
y eso desató un montón de imágenes”, explica Chassagne. “Hicimos un viaje de Texas a
Lousiana. Es interesante ver sitios donde creciste: físicamente estás allí, pero todo ha cambiado.
Ya no te pertenece. Aun así, todo es tan familiar...”. De ahí que las calles de los suburbios
les resulten tan evocadoras como inspiradoras.
En “The Suburbs” Arcade Fire suenan más ligeros y directos.
Incluso se atreven a dar un cierto aire de rockabilly a un par de temas y hay algunos ritmos
programados. “Suena diferente porque el tema es diferente”, subraya Chassagne.
“En «Neon Bible» todo era más oscuro”.
“Montreal y Houston (Texas, de donde es Win) son culturas muy
distintas, pero hay cosas que compartimos. Cuando éramos pequeños, teníamos esa misma sensación de
perder el tiempo, de querer escapar. Después descubrís que esos momentos también forman parte de tu
vida”, cuenta Chassagne. Arcade Fire le debe mucho a esa complicidad que tienen.
“Componemos juntos, claro. Estamos casados”, explica. “Es nuestra vida diaria.
Estar en casa nos permite tener una conexión real. Los shows y las giras son geniales, pero no son
la atmósfera más creativa”.
Régine no quiere que la comparen ni compararse con otras bandas.
“Lo que los demás hagan, bien hecho está”, se ataja. “Solo me preocupo por la
música. Tienes que hacer algo puro, honesto”.Su perplejidad es mayor cuando se menciona la
palabra indie: “Es gracioso, nunca supe que significaba eso... me propuse averiguarlo. Hasta
que me dijeron que mi banda es indie. Dicen que lo somos... No sé, no me gustan las
etiquetas”. No hay que preocuparse si el disco provoca sentimientos
contradictorios. A ellos también les pasa: “Hemos navegado entre impresiones muy diferentes.
Podrías simplemente lamentarte porque ahora todo se hace en centros comerciales. Pero también allí
puede surgir una bella historia de amor “.