Con el show "A Night with the Best Of", el cuarteto vocal Il Divo concretó un recorrido por sus quince años de exitosa trayectoria en un Salón Metropolitano que estuvo repleto en la función del jueves último.
Por Pedro Robledo
Con el show "A Night with the Best Of", el cuarteto vocal Il Divo concretó un recorrido por sus quince años de exitosa trayectoria en un Salón Metropolitano que estuvo repleto en la función del jueves último.
El producto artístico surgió de un casting internacional realizado por el productor Simon Cowell, quien se inspiró en Los Tres Tenores, el trío que formaron Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo. La búsqueda le llevó dos años hasta que encontró las voces para el proyecto: Carlos Marín, Urs Bühler, Sébastien Izambard y David Miller.
Una leve demora en el inicio generó algo de impaciencia en el público que arribó temprano. La ambientación fue con estética de gala lírica y la puesta en escena fue diseñada con sobriedad para que nada supere el protagonismo de las cuatro voces. El acompañamiento orquestal siempre fue sutil para que se destaque el mensaje de las canciones, cantadas casi todas en español.
Después de un video de presentación con imágenes de conciertos, comenzó a sonar la orquesta de catorce músicos mientras el grupo ingresaba luciendo elegantísimo vestuario desde una tarima elevada, descendiendo hasta ocupar el centro de la escena.
El primer violín hizo un preludio con "Il mio cuore va", la primera de una larga lista que siguió con el cover "Without You", balada pop de Air Supply. "Muchas gracias, placer de estar con vosotros. Este es el último concierto de la gira y vamos a darlo todo", saludó el suizo Urs Bühler en su primera intervención. Cada uno fue saludando y seduciendo con su simpatía al público femenino y anunciaron el recorrido por sus quince años de historia.
Con el impacto que producen las notas más altas, rescataron "Senza catene", del segundo disco de estudio "Ancora". Muy tímidamente el público sumó sus palmas en " Pour que tu m'aimes encore" y allí el francés Sébastien halagó con "qué público fantástico!". "Esta es muy famosa por Celine Dion, con quien tuvimos el honor de cantar", dijo el español Carlos Marín al presentar la versión de "Melanconia".
Los cuatro fueron rotando las posiciones en el escenario y alternaron en la presentación de las canciones. Con numerosos matices tímbricos, cantaron fragmentos en formatos de dúo, solista y a cuatro voces Cada intervención individual produjo exclamaciones de los fanáticos deslumbrando con el equilibrio logrado con sus sus arreglos vocales.
Con el ritmo caribeño de "Quién será" sumaron coreografías y luego se instalaron en el barroco con "Adagio". Mudaron del pop a la lírica, y viceversa, una característica de la propuesta con lo que quedó justificada una de las virtudes que se les reconoce que es haber acercado público de la música popular a la académica.
Con la Casa Rosada y la Plaza de Mayo en pantalla, conmovieron con la versión en castellano de "No llores por mí Argentina", la obra incluida en la ópera rock "Evita", la más aplaudida de la noche.
El segmento latino llegó con "Bésame mucho", "Quizás, quizás, quizás" y "Por una cabeza". En el tango de Gardel, ejecutado con estilo "for-export", Urs y David se divirtieron bailándolo. Lo parodiaron, quizás desconociendo que en sus orígenes el tango se bailaba entre hombres.
La actuación fue matizada con anécdotas de las giras, diálogos con el público de las primeras filas, tentándose y aceptando obsequios. "Además de la ópera, amo los musicales", dijo David y, de "El hombre de la Mancha", lograron una excelente adaptación de "El sueño imposible".
Luego de invitar a bailar al público con la rumba "La vida sin amor", anunciaron la despedida con "Regresa a mí", la más pedida, ofrecida en una versión más rítmica que la original. En los bises tuvieron su lucimiento y recibieron una larga ovación en "A mi manera" y cerraron con "Con te partiró".
El cuarteto se fue sosteniendo una bandera argentina obsequiada por el público, luego de una hora y media de concierto que impactó y que logró borrar fronteras musicales con cuatro voces excepcionales.