Hoy mi presente es Maquiavelos", dice Víctor Parma, pianista y arreglador conocido por sus actuaciones y trabajos en el mundo del tango. Cabe aclarar que Maquiavelos es una banda de pop-rock. Lo cierto es que más allá de las fronteras de los géneros y estilos musicales, al escuchar el primer y reciente álbum del grupo, hay que apuntar que el talento del músico nacido en Casilda sigue intacto, la misma sapiencia y creatividad que ya demostró con los dos discos del Víctor Parma Quinteto y también en su trabajo como pianista del quinteto de tango Los Tauras. Maquiavelos dará un recital con los temas que conforma el nuevo disco hoy, a las 21.30, en Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza).
Víctor Parma asegura que hablar de futuro es arriesgado y que, de todos modos, el tango no es un lugar del que uno deba irse o volver.
—¿Como explicás el cambio del tango al rock?
—En realidad el rock siempre estuvo presente, de hecho, mis primeros proyectos fueron en ese género. En bandas de Casilda como baterista de Suburbana y Bastión. Y después participando en los inicios de Vudú en Rosario. Luego vino el estudio de música clásica en piano, el tango contemporáneo y los trabajos de arreglador para distintas agrupaciones. Hoy mi presente es Maquiavelos, mi medio actual para componer, sumando la letra y la voz, haciendo canciones en grupo, pero ahora cargando el bagaje del camino recorrido. También las ganas de funcionar como banda y que todos aportemos lo propio en ideas y toques. En este proyecto junto a Guido Lujan (guitarra eléctrica), Federico Castaño (bajo) y Joaquín Bostico (batería) se está intentando eso, lo que hace que el sonido se logre en conjunto.
—El nombre de la banda, Maquiavelos, ¿explica la intención de ese cambio?
—Algo de eso hay. De todas formas, el nombre remite a los "maquiavelos y estafados" que nombra la letra inmortal del tango "Cambalache" de Discépolo. Y es una palabra convertida al lunfardo. El título quedaba algo largo en términos comerciales y entonces, quedó Maquiavelos a secas. Si lo ves así, el fin sí justificó los medios en este caso.
—¿Desde un punto de vista generacional, es como un regreso a las fuentes?
—Es como una nueva etapa que tiene que ver con las fuentes y la música que se escuchaba en los 90. Que en realidad en mi círculo, teníamos una mirada hacia atrás. Sonaban bandas de los 70 y 80. Hoy que lo vemos a la distancia, fue una época increíble para la música rock. Había una calidad gigante. Charly a pleno, Fito inspiradísimo, Spinetta y muchas bandas haciendo discos inolvidables. Y ni hablar de los clásicos internacionales. Queen que nos volaba la cabeza, Pink Floyd, Aerosmith y muchos más. Era la música que se escuchaba en las radios y boliches. Y bueno... humildemente hay un intento de rescatar algunos valores artísticos de aquella época en Maquiavelos. Una búsqueda en la armonía y un intento melódico que use más de tres notas.
—¿Volverás diferente al tango?
—No lo sé. Hablar del futuro es arriesgado. El tango no es un lugar al que deba irme o volver. El tango y el folclore es la música de mi casa, de mi infancia, de mi viejo tocando con los amigos. Va a estar siempre conmigo.
—A muchos, cuando le gustan dos géneros diferentes tratan de fusionarlos. En tu caso, hiciste un cambio radical ya que probaste ninguna fusión posible de tango rock. ¿Tuviste en cuenta esta idea?
—Es cierto que algunas canciones del disco están bien cerradas en estilos pop y rock. Pero también es verdad que el tango está explícitamente no sólo en el nombre del grupo. Concretamente en el disco de Maquiavelos hacemos una versión de "Los mareados" y otra canción propia titulada "Me dijo en sueño el Rengo"(que era el apodo de Astor Piazzolla) que es una transformación de la armonía de "Libertango", con un rap por encima que habla de lo vital que es el amar. Claramente hay elementos de diferentes estilos en mi nueva propuesta.