Se estrena hoy "Drive", la película protagonizada por Ryan Gosling que recibió excelentes críticas tras el último Festival de Cannes que le otorgó a su director, Nicolas Winding Ref, la Palma de Oro.
Se estrena hoy "Drive", la película protagonizada por Ryan Gosling que recibió excelentes críticas tras el último Festival de Cannes que le otorgó a su director, Nicolas Winding Ref, la Palma de Oro.
El filme que tiene como protagonista al actor y músico canadiense, es un thriller que narra los días de un experto conductor de automóviles que trabaja en escenas riesgosas para el cine y, además, también oficia como chofer especialista en fugas de cualquier tipo.
"Me encanta la forma en que está rodada esta película, seca y casi sin diálogos. Soy de esos actores que piensan que, cuanto menos guión, mejor. El público es inteligente y cala al protagonista a la primera; no necesita que se lo expliques todo", confesó el ascendente actor.
"A veces con poco se puede decir mucho y Hollywood debería tomar nota de ello. Además, en mi anterior película, «Blue Valentine», no paraba de hablar y acabé cansado de mi voz", comentó el protagonista del filme pintando a grandes rasgos la película que cosechó críticas favorables aunque, a juicio de la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood, no reunió méritos suficientes como para ser nominada a un Oscar.
La historia es una suma de atrapantes ingredientes ya que, a las riesgosas actividades de su protagonista, suma las relaciones que el taciturno hombre establece con una hermosa vecina de departamento y con su pequeño hijo.
El habilidoso conductor de automóviles trabaja a diario en el garaje de Shannon (Bryan Cranston) y, ocasionalmente, participa en escenas de riesgo en producciones de cine o como conductor de fugas de delincuentes que lo contratan para que los saque del caliente lugar de los hechos. Sus reglas son claras y terminantes: siempre trabaja en forma anónima y nunca dos veces para la misma persona.
"Hay como mil calles en la ciudad -dice el protagonista en una conversación telefónica que mantiene con quien quiere contratarlo para una operación-. Si me das el lugar y el momento, te daré una oportunidad de cinco minutos. Soy tuyo, sin importar lo que pase en esos cinco minutos. Pase lo que pase. Todo ocurre como lo planeo y después vas por tu cuenta. ¿Lo entiendes?".
Aunque Drive (Ryan Gosling) es un hombre circunspecto por la naturaleza de su profesión, no puede evitar la corriente de simpatía que surge con Irene (Carey Mulligan), su vecina, que es una joven madre que vive sola con su hijo Benicio (Kaden Leos) mientras espera a su marido Standard (Oscar Isaac), quien purga una condena en prisión.
Todo apunta a un crescendo en la relación hasta que el hombre sale de la cárcel y debe cumplir con un compromiso ineludible para el que necesitará de ayuda extra. Curiosamente y sin previo aviso, el eficiente chofer se ve conduciendo en una misión junto al marido de la mujer que ama, perseguido muy de cerca por dos peligrosos criminales: Nino (Ron Perlman) y Bernie Rose (Albert Brooks).
Cuando Drive advierte que los criminales no sólo van a por la bolsa de dinero sino que apuntan directamente a Irene y a su hijo, el imbatible conductor se verá obligado a cambiar de dirección y enfrentarse a ellos.
Al actor, que dio su primer paso firme hace una década con "El creyente", y siguió su carrera integrando el reparto de filmes como "El diario de Noa", "Fracture", "Lars y una chica de verdad" y "Loco y estúpido amor", junto a Steve Carell, admitió que una película que vio cuando era niño cambió su vida.
"Fue «Acorralado». No tenía duda de que, de mayor, quería ser Rambo. Al día siguiente de verla en la tele, fui al colegio con un cinturón lleno de cuchillos de cocina que lancé a mis compañeros de clase en el recreo. Gracias a Dios no le di a ninguno, pero me expulsaron y, en casa, mis padres sólo me dejaban ver películas bíblicas y episodios de «National Geographic»", recordó el actor.
Gosling definió a "Drive" como "una invitación diferente al mundo arquetípico de los cuentos en forma de fábula moderna y violenta, como una mezcla entre el cine de superhéroes y el de Ken Loach". Profundamente arraigada en el ADN de Los Angeles, "Drive" inventa una mitología moderna de la ciudad californiana hasta convertirla en un territorio fantástico y encantado donde «el conductor es un caballero e Irene (Carey Mulligan) es la princesa que necesita ser rescatada. También tenemos al villano (Albert Brooks), e incluso al dragón (Ron Perlman). No falta nada», bromeó el actor.
La película despertó ecos en diferentes ámbitos del séptimo arte y viene dando que hablar desde su presentación en el Festival de Cannes de 2011, donde, tras ser una sorpresa, se llevó el galardón al mejor director. Las encuestas de fin de año en los Estaods Unidos confirmaron que "Drive" fue una de las películas favoritas de la crítica.
Quizá el secreto de su éxito se fundamente en la mezcla de cine negro con una estética de los años 80 que se advierte desde los títulos de una película que revela un extraño equilibrio entre la emoción y el vértigo de la acción riesgosa frente al intimismo que desnudan los silencios entre los protagonistas que, más allá de aislarlos, constituyen un vínculo mucho más fuerte que el que establecen cuando se expresan.
"Drive" transcurre en una atmósfera muy lograda por Nicolas Winding Ref, que se apoyó en el firme respaldo de la banda sonora aportada por Cliff Martínez y en las puestas en escena, que adquieren un definitivo relieve con la impecable fotografía de Newton Thomas Sigel.
El secreto de Ryan Gosling
(Por Marcelo Menichetti / La Capital). _ Desde “El creyente” (2001), Ryan Gosling participó en 15 películas entre las que se destacan “Blue Valentine” (2010), “Drive” (2011) y “Los idus de marzo” (2911) en la que trabajó junto a George Clooney, pasando por “Loco y estúpido amor” (2011). La ascendente carrera del artista proporcionó material para que los exitistas lo bautizaran como el “nuevo George Clooney”, apoyados en los supuestos encantos del actor con cara de ángel y físico de gimnasio. Sin embargo, un actor que se precie de tal debe convencer al espectador de que es el único que puede protagonizar la historia. En “Blue Valentine” Gosling se acercó mucho a ese punto. El denominador común de sus personajes es la postura hierática que, a esta altura de su carrera, aún no se puede saber si se trata de un recurso interpretativo o una carencia de variantes actorales para ofrecer. “Drive” pide ese tipo de composición actoral porque es una película apoyada en la austeridad. Quizá Gosling conquiste por los secretos que uno supone que esconde más que por lo que muestra en acción.
El magnetismo del autor
A la hora de definir la personalidad de Ryan Gosling, el actor protagónico de “Drive” Nicolas Winding Refn, el director de la película echó mano a muchos nombres que alimentaron la historia del cine.
“Es como una mezcla de James Stewart, Charles Bronson, Alain Delon, Lee Marvin y un poco de Marcello Mastroianni”, juzgó. “Si lo miras en la pantalla, el ojo pasa automáticamente a él. Muy pocas personas nacen con eso. Y hay muy pocos actores que también tienen las agallas para perseguir a las películas que quieren hacer, en lugar de tomar la máquina de sueños que se les ofrece”, apreció el director dinamarqués. Toda una definición.