Cuando toca el rol de staff, en El Hotel de los Famosos los participantes tienen que hacer de todo: limpiar, tender camas, tareas de jardinería y, por supuesto, en la cocina. En ese marco, muchas veces los participantes se enfrentan a situaciones que no les son familiares o que, simplemente, eligen no hacer en su vida cotidiana. Tal fue el caso de Sabrina Carballo, que desde hace años es vegetariana y no come carne, quien la pasó mal cuando Christian Petersen le pidió elaborar un plato con lomo.
“Hoy sí Sabri, es un plato con carne”, le dijo el chef a la concursante ya un tanto resignado, sabiendo que ella no estaría de acuerdo y la llevó con Locho y Lissa a cocinar, mientras que Imanol y Chanchi fueron a limpiar la pileta. “¡No, por favor! Limpio yo sola la piscina, pero no me hagas cocinar carne”, suplicó en vano la ex Amigovios.
Al llegar a su puesto de trabajo, que la producción había dispuesto en el jardín del hotel, ya que cocinaron a la parrilla, la actriz se encontró con el ingrediente principal. “¿Por qué la carne está en frente mío?”, se quejó, sin darse cuenta que en realidad todos tenían frente suyo un trozo de carne vacuna.
Entonces el chef dio la consigna del día: “Tienen que hacer un buen sándwich de lomo, balanceado, con un rico relleno, y uno de estos va a quedar en el menú”. Despreocupada, la ex Bandana Lissa Vera dijo: “Yo como todo lo que se pueda comer... así quedé”. Al ver la reacción de su compañera, todos empezaron a alentarla: “¡Vamos Sabri!”.
El llanto desconsolado de Sabrina: no pudo cumplir con la consigna en El Hotel de los Famosos
“¡Qué asco!”, dijo Carballo, además de taparse la boca y mirar hacia el costado cuando se acercó a la comida para comenzar a desgrasarla como el cocinero le estaba en enseñando a hacer. En ese contexto, casi descompuesta, comenzó a llorar. Entonces, Petersen intentó explicar que parte del desafío, además de cocinar, era “romper con los prejuicios”, pero lejos de internarlo, Carballo se plantó sincera: “No lo voy a poder hacer”.
“Está llorando, no está bueno que llore por un pedazo de carne”, analizó Locho dejando a un lado sus diferencias con su compañera y siguió: “Es súper entendible su postura. No te gusta la carne por los animales, ¿cómo vas a agarrar un pedazo de carne y lo vas a empezar a cortar?”.
“Podemos trabajar tus miedos, vencerlos”, la invitó Petersen, pero no hubo caso: “No, es un animal”. Fue entonces que, finalmente, el jefe entendió y le propuso como alternativa hacer un sándwich vegetariano, con ingredientes que obtuviera de la huerta que ellos mismos cuidan todos los días en el hotel. “No le cabe el tema de la carne, no la puede limpiar, es una filosofía de vida respetable y que la presionen para hacer algo que no quiere, no sé...”, empatizó Lissa.
Al regresar de la huerta donde había escogido los vegetales para su plato, se quejó de que por eso había perdido varios minutos y que, por lo tanto, había tenido menos tiempo que sus compañeros para cocinar. Sin embargo, le dieron una alternativa al no poder cumplir con la consigna impuesta por la producción.
El sándwich de Locho estaba seco y sin colores y el de Lissa tenía demasiado pan. El de Sabrina, en cambio, con hongos, morrón, queso, lechuga y otros ingredientes, fue uno de los más ricos, según Petersen, aunque tuvo sus dudas a la hora de consagrarlo ganador, ya que en realidad se había salido de la idea original, que era brindarle a los huéspedes del hotel, un plato con lomo.