Una multitud despidió hoy con emoción los restos del director de cine y cantautor argentino Leonardo Favio, quien murió ayer a los 74 años en Buenos Aires luego de padecer una larga enfermedad.
Una multitud despidió hoy con emoción los restos del director de cine y cantautor argentino Leonardo Favio, quien murió ayer a los 74 años en Buenos Aires luego de padecer una larga enfermedad.
Los restos del artista, cuyo verdadero nombre era Fuad Jorge Jury, fueron velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso nacional, por donde pasaron a rendir su último adiós miles de personas, entre ellas la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Fanáticos, seguidoras y personalidades del espectáculo y la política se acercaron a la capilla ardiente para despedir al cantante de “Fuiste mía un verano” y quien es considerado uno de los mejores directores de cine argentino por filmes como “Juan Moreira”, “Crónica de un niño solo” y “El romance del Aniceto y la Francisca”.
Sus restos fueron llevados al crematorio del cementerio porteño de Chacarita. Sus familiares definirán posteriormente dónde arrojarán sus cenizas.
La muerte de Leonardo Favio causó un hondo pesar y el gobierno argentino declaró tres días de duelo nacional en su memoria, por considerarlo “un verdadero representante de la cultura nacional tanto por sus dotes como cineasta, actor, autor, guionista e intérprete, como por su compromiso social”. “Consagró su vida a las expresiones artísticas populares”, sostiene el decreto presidencial.
La presidenta asistió en la medianoche del lunes a la capilla ardiente. Fernández de Kirchner, con anteojos negros, se quedó varios minutos en silencio frente al ataúd de Favio. “A los grandes no se los recuerda llorando, sino trabajando y militando por la Patria, por eso un gran aplauso para Leonardo Favio”, le había dedicado horas antes la mandataria durante un acto público. Favio fue “un grande de verdad”, destacó.
El artista murió en una clínica de la capital argentina por complicaciones que sufría a causa de una polineuritis melaminosa que le generó una hepatitis C. En los últimos años fue hospitalizado varias veces por afecciones crónicas.
Peronista de toda la vida, Favio fue declarado en 2010 embajador de la cultura argentina y en agosto pasado recibió en la Cámara de Diputados el diploma de honor Presidente Néstor Kirchner “por su trayectoria artística y sus convicciones intransferibles”.
Desarrolló una extensa trayectoria como cantante, actor, compositor y director de cine que le permitió trascender las fronteras y alcanzar un importante éxito en otros países de América Latina. Fue además uno de los impulsores de la balada romántica en la región.
Nació el 28 de mayo de 1938 en la localidad de Luján de Cuyo, en la andina provincia de Mendoza. Llegó a Buenos Aires en los años 50 para realizar el servicio militar obligatorio y pocos años después inició su carrera, primero como actor.
Participó en varias películas dirigidas por Leopoldo Torre Nilsson, entre ellas “El secuestrador” (1958), “La casa del ángel” (1960) y “Fin de fiesta” (1961). Recién después se lanzó como director, al debutar con “Crónica de un niño solo” en 1964. Entre sus películas más recordadas destacan “Nazareno Cruz y el Lobo”, con una estética muy particular; “Gatica, el mono”, “Juan Moreira”, una de las más vistas de la historia nacional; “El romance del Aniceto y la Francisca” y “Aniceto”, su última producción en cine.
Su histórico compromiso con el justicialismo quedó plasmado en “Perón, sinfonía del sentimiento”, una película de seis horas de duración. Para los festejos del Bicentenario en 2010, filmó el corto “La buena gente”. Favio, quien tuvo dos hijos junto a la actriz María Vaner, debió exiliarse durante la última dictadura militar argentina.
El actor Alfredo Alcón lo definió como “un apasionado, un loco en el sentido más poético de la palabra, un quijote”. “Buscaba lo imposible porque era un artista”, aseguró. “Era un animal de cine”, lo describió por su parte Edgardo Nieva, protagonista de “Gatica, el mono”.